A la conservadora Europa le parece que España es demasiado poco conservadora, ese es el problema
Sí, en efecto. Ese es el verdadero problema. A la vieja y conservadora Europa le parece que España se ha pasado de izquierdista. Por eso nuestros recortes se aplauden con palmadas en la espalda y nuestras demoras con insultos y ataques bursátiles.
No es que se diga abiertamente, claro, pero ¿alguién pensaba que no iba a tener coste ser uno de los últimos gobiernos progresistas de Europa? ¿Iban a conciliar bien esas dos formas de entender la economía y la política social?
Dice La Tribune (Francia) que España fue el centro de todas las atenciones en el transcurso del Consejo europeo: «La cuarta economía de la zona euro se encuentra en el punto de mira de la actualidad pues desde el plan de rescate irlandés del mes pasado los mercados temen por su solvencia» y el alemán Die Welt publica un texto de Annette Prosinger titulado: ??Enfermedad española? en el que añade: «sería nefasto que precisamente ese país de desarrollo tardío, que tanto se ha beneficiado de Bruselas, provocara el fracaso del euro?. Como si el fracaso del euro -en el caso de que se dé- pudiera ser atribuido exclusivamente a una razón, o a un único país, precisamente uno de los que más sentido del europeismo ha tenido.
Die Welt, en todo caso señala:
??El alumno modelo de Europa amenaza con convertirse en su pesadilla, y no solamente debido a la crisis bancaria. España ha cometido grandes errores; quien se recorra el país, puede verlos. Las costas en el sur se han convertido en paisajes ruinosos. Desde hace años estaba claro que la burbuja inmobiliaria, inflada con todo tipo de medios ??especulación, fraude, corrupción- estallaría; aún así ha pillado desprevenido al país: el mercado laboral, que dependía demasiado del sector del a construcción, se derrumba. Aunque el gobierno español apruebe ahora programas de ahorro aún más rígidos y nuevas reformas del mercado laboral, el nerviosismo es evidente. El camino de España hasta llegar a Europa fue largo y pedregoso. Por eso sería nefasto que precisamente ese país de desarrollo tardío, que tanto se ha beneficiado de Bruselas, provocara el fracaso del euro?.??España ya ha recorrido un largo trecho del camino hacia Europa, pero no lo ha finalizado. Naturalmente tiene una potencia que no es comparable con la de Grecia, pero aún no es del todo estable. Y no solamente en el caso de la economía: ahora es cuando la democracia española se atreve a encarar el pasado; el procesamiento intenso del régimen de Franco aún está pendiente. Para que funcione, necesite condiciones estables. La manera en la que España salga de la zona de peligro será decisiva para su futuro. Puede que salga bien; entonces la crisis habría dado un impulso de reformas curativo. Pero también puede que interrumpa el camino hacia Europa. Para España sería una catástrofe. No solamente a nivel económico.?
¿Un impulso de reformas «curativo»?, ¿qué es exactamente eso? ¿Cuál era exactamente nuestra enfermedad?
Nuestra enfermedad, que poco tiene que ver con los remedios que nos aplican, es un retraso social gravísimo que hace que un alto porcentaje de españoles se sientan orgullosos y añorantes del franquismo; una judicatura herencia de aquel régimen que pone a Dios y a la patria por delante de la justicia; una monarquía cuyo jefe no consiente que se hable mal del «caudillo» en su presencia y que lidera todos los rankings de corrupción en un país de mangantes; una sociedad inculta, boba y adicta a la telemiseria en la que la rancia jerarquía vaticana se atreve a desafiar a gobiernos presuntamente democráticos incapaces de sacar los crucifijos de las aulas…
Oñes, Maese Berlín, y se pregunta usted de qué estamos enfermos. La duda que tengo es si no estaremos muertos y esto es el infierno.