El bebé de Chacón nace en un país que tiene muchas asignaturas pendientes
Me escribe Susana, una amiga, con una historia especialmente indicada para un día como hoy. El correo lo dice todo por sí solo, así que me limito a reproducirlo tal y como me ha lo ha enviado:
Cuando todavía hay gente que se pregunta si es necesario un Ministerio de Igualdad y políticas más firmes para lograr la igualdad entre géneros, nos encontramos en lugares oficiales como el registro Civil de Madrid, con joyas como las que adjunto: un cartel (foto) que prohibe la entrada al cambiador de bebés a «los hombres», importándoles poco si ese «hombre» es el padre o cuidador del bebé, situación que afortunadamente empieza a ser muy habitual y deseable en la sociedad que vivimos y que queremos potenciar […]
¿Cómo se puede permitir esto en lugares oficiales, al tiempo que las administraciones se esfuerzan por promover medidas que eliminen el sexismo y fomenten la conciliación de la vida laboral y familiar? ¿Así quieren lograr que las mujeres no seamos las únicas que nos encarguemos del cuidado de los hijos?
El propio lenguaje utilizado es ofensivo. La mujer aparece como «la mamá», ni siquiera como «la madre»(que en un letrero oficial, sería algo más adecuado), y frente a «la mamá» (que por esta condición tiene el derecho a acceder), aparecen… «los hombres» en abstracto, enfatizando el contraste con el dulce término «mamás»; y transmitiendo subliminalmente con esta elección, la idea de «hombre» como ser ajeno al bebé, que seguramente entra en un cuarto de cambiado para realizar funciones inadecuadas, como espiar a las madres lactantes o dar rienda suelta a alguna perversión.
El lenguaje es tremendo, pues no sólo discrimina a los hombres, también a las mujeres, a las que adjudica «con toda naturalidad», el desarrollo de estas funciones del cuidado del bebé. Como si a los hombres no les correspondiera «cambiar pañales»….
Esto es inaceptable. Al final, en nuestro caso, el padre de la niña, tuvo que cambiar a mi sobrina, en el baño de «hombres», en las peores condiciones. ¿No sería lo correcto limitar el acceso al cambiador, al bebé con «su acompañante»?… sea éste la madre, el padre, la tía, el abuelo, el padrino, la cuidadora…