Hay una perspectiva verdaderamente atroz del conflicto de Gaza: las secuelas que el conflicto está provocando en los niños.  El capricho del destino de nacer en esa convulsa región, ya hace que su infancia sea inimaginable para nosotros. Habíamos leido que los niños de Gaza «juegan a ser milicianos de Hamás y Al Fatah», y que sus muñecos son armas. En estos días conocemos además las terribles cifras de los que mueren por efecto de las bombas. Y hay otras historias escalofriantes:

Un equipo de la Cruz Roja logró entrar por primera vez en la tarde de ayer a varias casas del barrio de Zaytun (ciudad de Gaza) alcanzadas por los bombardeos de las fuerzas israelíes, donde encontraron cadáveres, heridos y niños extremadamente débiles.
La autorización para que el CICR y ambulancias de la Media Luna Roja Palestina accedieran a esas víctimas llegó cuatro días después de haberla solicitado, […]
«El equipo conjunto encontró en una de las casas a cuatro niños pequeños al lado de su madre muerta. Ellos estaban tan débiles que no podían mantenerse en pie» , -cuenta El Universal.

¿Que hay de aquellos que conviven con la guerra sin morir en ella? El responsable de Unicef ha contado que el asedio de Israel está teniendo consecuencias muy importantes en ellos. Pasan días sin dormir, cuando lo hacen sufren pesadillas, no se atreven a despegarse de sus padres… Incluso hay «niños y niñas que han perdido a uno o ambos progenitores, cuyos hogares han sufrido daños, que han sido desplazados, que carecen de los equipos y los servicios médicos necesarios, comida, agua, etc. »

También Save the Children ha alertado del enorme estrés que sufren: «La cifra de niños que han muerto ha llegado ya a la centena sin contar con los fallecidos en los ataques a las escuelas. Los niños más pequeños están sufriendo lo peor de esta crisis. Están bajo un estrés enorme, no pueden dormir y algunos están en tal estado de ‘shock’ que no son capaces de llorar». 
 
El gobierno español debería exigir la creación de un corredor humanitario que pudiera sacar de la ciudad, por lo menos a los niños. Y si no lo hace el gobierno español deberíamos hacerlo nosotros.

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