Los CSI de robos nucleares
[VIDEO] Son un poco como los detectives científicos de «CSI». Cuando se produce un robo de material nuclear, los investigadores del Instituto de Elementos Transuránicos de Karlsruhe (ITU), en Alemania son los encargados de seguirle la pista. Un reportaje de Euronews desvela como trabajan estos expertos en la ciencia forense nuclear, capaces desde su laboratorio de identificar la naturaleza del material incautado y rastrearlo hasta su lugar de origen.
Y el problema no es menor. La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) tuvo constancia sólo en 2006 de 252 casos de material radiactivo robado y desaparecido en manos de personas no autorizadas. Y lo que es peor, hay muchos más casos no registrados y de los que apenas se tiene información. De hecho a finales de noviembre pasado, tres personas fueron detenidas en Eslovaquia con medio kilo de uranio enriquecido en polvo que pretendían vender.
En España, en septiembre de este año se vivió uno de los últimos casos de los que se tienen noticia, con el misterioso robo de 70 pastillas de uranio de la factoría de Juzbado. De momento no ha habido detenidos y la Guardia Civil baraja la hipotesis de que fuera una acción de uno de los empleados de la empresa para denunciar la falta de seguridad de la misma. En 2006 hubo otro robo, de un maletín con material radiocativo.
Todos estos casos son analizados con detenimiento por la comunidad internacional, ya que existe el temor que organizaciones terroristas consigan hacerse con el suficiente material para crear una «bomba sucia» cuyo potencial destructor en un atentado sería demoledor. Por esos se investigan todos los casos. Y cuando se recupera el material empieza una parte fundamental de las pesquisas: saber de dónde ha salido.
Ahí entran en juego los científicos del ITU de Karlsruhe. Un robot es el encargado de manipular y preparar las muestras nucleares para su analisis. Luego los resultados se comparan con la base de datos de material que tiene el Instituto. Todo para ir descartando orígenes y dar con el auténtico. También tienen un espectómetro de masas que mide el nivel de enriquecimiento del material nuclear, lo que les permite aislar el uranio y el plutonio determinando el isotopo de cada elemento. Con esa información luego pueden trazar el procedimiento de fabricacion del material y averiguar de donde proviene.
La idea es tratar de tener la mayor información posible sobre el «mercado» de material radiactivo que existe, pero que los expertos son incapaces de cuantificar. No se sabe muy bien quién lo compra, quién lo vende y con qué fines, pero al menos se pretente tener claro de donde sale.