«El 70% de la gente cree que sus actos han dañado a la monarquía»,

… hizo saber aquel político a la Casa Real. «Dudo que nadie conozca al pueblo mejor que yo, o que tenga mayor fe en su sabiduría o buen juicio», -respondió esta con incomodidad.

La reacción fue protocolaria, en el sentido más negativo de la palabra, mucho más de lo que cabía esperar en una sociedad que desprecia los viejos esquemas. La Casa Real, incapaz de comprender los nuevos paradigmas observaba atónita lo que sucedía alrededor. Un gesto equivocado, un simple gesto, estaba poniendo en peligro la supervivencia de la Institución. El mundo había cambiado…y ellos sin saberlo.

 

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