¡Llega vida a la terraza!
Uno de los regalos más fantásticos que nos hizo mi madre es el de la pasión por las cosas pequeñas. Es dificil de explicar en un post pero que un brotecito en una planta o un atardecer sean capaces de arrancarte un suspiro o una sonrisa, es un regalo enorme porque la felicidad se construye a base de pequeñas sonrisas.
Hoy la vida ha llegado a la terraza. En dos de las tomateras comienzan a asomar pequeños tomatitos, aún verdes. Lo hacen tímidamente todavía, pero el milagro se percibe perfectamente.