¿Cerrará Garoña Zapatero?
10-6-2009 Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «¿Qué hará Zapatero con la central nuclear de Garoña?. He aquí un asunto de política-verité, un dificilísimo examen práctico, que pondrá al desnudo convicciones y estrategias. Su compromiso electoral, para esta y todas las plantas nucleares fue claro: se irán cerrando a medida que vaya finalizando su vida útil. Ya está aquí el primer caso, Garoña. Su vida útil concluye oficialmente en el 2011, cuarenta años después de su inauguración. Pero hace unos días el Consejo de Seguridad Nuclear informó que, con algunos ajustes no estructurales, Garoña puede seguir funcionando diez años más.
¿Qué decisión tomará Zapatero?.
Si cumple su palabra, la cerrara en 2011. A no ser que entienda que el concepto «vida útil» ha sido ampliado por el Consejo de Seguridad Nuclear. Pero nadie ignora que, de ser así, estaría poniéndose de perfil ante sus promesas. Escurriendo el bulto, vamos. Y también es cierto que en sus propias filas muchos no comparten su apuesta, o se han convertido a lo nuclear. Y que además presionan desde fuera todo tipo de poderes. Y que no está el horno económico para bollos. Es fácil imaginar las dudas del presidente. Defiende una doctrina con gran solera izquierdista, pero el izquierdismo casi le deja sólo en Europa. Están los verdes, sí, que además van subiendo. ¿Qué hacer? ¿Reafirmarse como abanderado radical de las energías alternativas o ir modulando poco a poco su posición?.
A este tipo de reflexiones hay que añadir, claro está, la de los datos, las cifras, las necesidades reales, las expectativas ciertas. Y es en ese punto donde, una vez mas, lamentamos que nuestros partidos políticos, ocupados en nimiedades, no hayan convertido este asunto capital en uno de los grandes debates nacionales. Hubiera sido imprescindible porque nos jugamos el presente y el futuro. Y porque, aquí sí, es fundamental llegar a algún tipo de acuerdo de largo alcance. Las centrales nucleares no pueden abrirse o cerrarse cada cuatro años, según quién mande. Así pues, un buen lío para el presidente, desde luego. Pero no sólo para él.»