«Por encima del murmullo que forman las conversaciones en un bar, se levanta una voz que invita a los espectadores a bajar a través de un túnel oscuro que conduce a alguna de las pequeñas salas de Microteatro, un nuevo concepto que está consiguiendo burlar la brutal crisis que atraviesa el sector den España».

 


(Foto: flickr/myProfe)

 

«Por cuatro euros, los espectadores, nunca más de quince, se acomodan en unas sencillas sillas o simplemente se apoyan contra la pared para presenciar una representación que nunca dura más de quince minutos. Los actores, por su parte, interpretan sus papeles a apenas unos centímetros del público, en alguna de estas cinco salas de Microteatro, inauguradas hace tres años, en una barrio con mala fama del centro de la capital, Madrid».

«El teatro está abierto de martes a sábado y no es raro que las 54 representaciones del sábado por la noche cuelguen el cartel de no hay billetes».

«Mucha de la gente que viene está en paro o ha visto menguar su salario, y este lugar les permite disfrutar del teatro que pueden permitirse, explica Verónica Larios, de 35 años, gerente de la Asociación Microteatro».

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