Un interrogador del FBI explica como hacer llorar a un terrorista
La web de la prestigiosa revista de información internacional Foreign Policy, tiene una sorprendente exclusiva esta semana: la entrevista con Jack Cloonan, un agente del FBI con 27 años de experiencia que explica sus métodos para romper la resistencia de un sospechoso de terrorismo en un interrogatorio.
Da la sensación de que EEUU está intentando dar a conocer ahora a la opinión pública conocer algunos de sus secretos y tácticas de interrogación a sospechosos… para contrarrestar la polémica creada por revelaciones sobre la técnica del warterboarding o Guantanamo. Asi también se explicaría la reciente entrevista dada por el hombre que interrogó a Sadam Husein. Ambos dan una visión bastante suave de los métodos que se usan para sacar información.
Cloonan se retiró a finales de 2002, pero hasta entonces se encargó del equipo dedicado a perseguir a Bin Laden y Al Qaeda. Explica que lo primero que hay que hacer antes de hablar con un terrorista de Al Qaeda es asumir humildemente que no se les va a hacer cambiar de opinion o convencer sobre asuntos de religión… y a la vez hay que mostrarse compasivo y humano porque se les está pidiendo convertirse en traidores.
Por eso explica que un recurso útil es sugerirles que se puede ayudar a la familia del detenido si este está preocupado por ellos… incluso darles papeles para inmigrar. El objetivo es que vean al interrogador como una persona que puede resolver sus problemas. Jack Cloonan explica que ha visto a miembros de Al Qaeda llorar, reir, jugar, les ha enseñado a nadar… todo para conseguir información.
El ex agente del FBI también revela quien fue el detenido más dificil de «romper»: Ali Abdelsud Mohamed que les planteó un reto intelectual y retorció sus historias durante cerca de un año… pero consiguió hacerle llorar ofreciéndole hablar con su hermana en Egipto.
En la segunda parte de la entrevista Jack Cloonan asegura que no es necesario recurrir a técnicas de interrogatorio agresivas para conseguir información de un terrorista y desmonta otro mito.
Explica que por ejemplo que con Khalid Sheikh Mohammed, uno de los cerebros del 11S, no era necesario recurrir a la fuerza porque se trataba de un hombre con un gran ego y deseoso de hablar. Pero sobre todo asegura que en el mundo real nunca se da una situación como las que se plantean en series del tipo 24, en la que una bomba va a explotar y hay que sacarle información a un detenido para evitarlo.