Encuentro de Saramago y un ex secuestrado de Colombia
Este lunes 13 de abril, se celebró un encuentro entre José Saramago y Sigifredo López, recientemente liberado tras pasar secuestrado por las FARC casi siete años. Ambos hablaron sobre la experiencia del cautiverio del político colombiano, la situación de conflicto que vive el país y las posibles salidas que se manejan. El acto ??Testimonio de un secuestro: un futuro en paz para Colombia? tuvo lugar en la Sala José Saramago de la Fundación Cesar Manrique en Arrecife.
El Nobel del Literatura José Saramago dijo sentirse sorprendido por la tranquilidad, la generosidad y el sosiego de Sigifredo López «después de haber pasado por una experiencia como la que pasó» y que parece «no haberle hecho mella». Además, visiblemente molesto añadió que ojalá algo pueda cambiar «de una puta vez» en Colombia para que reine la paz y se acabe con la violencia, lo que hace necesario el diálogo, «no para olvidar el pasado, sino para construir el futuro».
El ex diputado López, por su parte, recordó que el narcotráfico es el combustible del conflicto colombiano porque «está aportando los recursos a la guerrilla», pero al ser un problema trasnacional «resulta imposible que Colombia, que ha puesto muchos muertos para luchar contra el problema, pueda afrontarlo sola».
Saramago en una comparecencia anterior
(Foto: Flickr/Gilvanoraggio2)
Sigifredo Lopez, abogado y político colombiano, era diputado en la Asamblea Departamental del Valle del Cauca (Colombia) cuando fue secuestrado por la guerrilla de las FARC el 11 de abril 2002, junto a otros once diputados que fueron asesinados durante el cautiverio. El fue liberado el pasado 5 de febrero de 2009, tras casi siete años de secuestro, después de la mediación de la senadora colombiana Piedad Córdoba, del Comité Internacional de la Cruz Roja y del movimiento ??Colombianos por la paz?.
El político colombiano para expresar su gratitud, comparó a la senadora con la mujer del médico de la novela de José Saramago «Ensayo sobre la ceguera», lo que provocó una profunda emoción en el escritor. El Premio Nobel escribió al respecto en su blog: «Toda mi existencia de hombre y de escritor queda justificada por ese momento.»