Un incendio arrasa un campo de refugiados y asesta un nuevo golpe a la comunidad rohingya
Un gran incendio producido en los campamentos de Balukhali en la ciudad de Cox’s Bazar (Bangladesh) ha provocado la muerte de 15 personas, heridas a 560 y destruido los refugios y escasas pertenencias de unas 10.000 familias, que se van a ver nuevamente desplazadas, Pero además el fuego en este campo, en el que vivían unas 900.000 personas, supone un nuevo y duro golpe para la comunidad rohingya, que sufre desde hace años unas condiciones de vida pésimas, con un acceso reducido a la atención médica y otros servicios humanitarios, imposibilidad de regresar a sus hogares en Myanmar y dificultades para trabajar en Bangladesh.
Las autoridades bangladeshíes han explicado que el incendio en el campo fue «masivo y devastador», duró varias horas y destruyó los refugios y viviendas de miles de personas que residían en el campamento. Según la ONU, las llamas se cobraron además la vida de 15 personas, mientras otras 560 resultaron heridas y más de 400 están desaparecidas. Miles de refugiados perdieron lo poco que tenían y se estima que hasta 10.000 familias (cerca de 50.000 personas) han quedado nuevamente desplazadas.
ONG´s como Médicos Sin Fronteras detallaron cómo su clínica en Balukhali quedó también completamente destruida, aunque tanto el personal como los enfermos pudieron ser evacuados y no sufrieron daños. Este no es, en cualquier caso, el primer incendio en el campo en los últimos meses, ya que la masificación y los materiales temporales y endebles con el que están construidos los refugios hacen el fuego se propague rápidamente.
El incendio supone un gran golpe para la comunidad rohingya, que ha estado sufriendo las consecuencias del deterioro de las condiciones de vida en los campamentos con un acceso reducido a la atención médica, un aumento de la violencia y unas condiciones de vida básicas insuficientes. Los rohingyas han visto también como se les niega la posibilidad de regresar a sus hogares en Myanmar de manera segura y con dignidad y cómo las restricciones a su libertad de movimiento y la falta de acceso a los medios de subsistencia en Bangladesh, incluida la capacidad para trabajar, significan que dependen por completo de la asistencia humanitaria.