Whiskeria incendiada en Torrejón de Ardoz: Una realidad abierta al mundo
Me pareció una imágen muy poderosa, así que decidí llevar la cámara al volver a pasar por aquella calle de Torrejón de Ardoz para retratar lo que quedó del edificio.
La Whiskeria fue incendiada una noche, a principios de verano y del trabajo de los bomberos quedó así la fachada: abierta al mundo, sugiriendo infinidad de tonos oscuros.
La que se ve desde la calle, es la habitación donde la mujer ejercía la prostitución. Paredes de color rosa y una manta roja colocada sobre la cama. Está el bidé y a su lado, caido, el pie de una hielera y un viejo sillón de cuero negro y madera de barniz. En el techo, un ventilador retorcido por las llamas. La habitación de al lado es un cuarto de baño, de azulejos blancos, y en el suelo se distingue, apoyado sobre el extintor rojo, un sombrero vaquero también blanco, del estilo texano de rodeo americano.
Acertada observación.
Paraseguir con los detalles el espejo del fondo de la habitación. Y el rosa de su pintura.
La habitación de la ducha que sirve de almacén, llena de cajas y bolsas.
El sombrero mexicano es de los que regalan en los puestos de feria de las fiestas.
Lo dicho, excelente fotografía.