«El último de Perejil»
EL PAIS hoy en su Editorial:
«Aznar es un político gestual: argumenta poco y, en cambio, le encanta el ademán teatral. Su visita a la ciudad autónoma nada tiene de apoyo a los melillenses y las fuerzas de seguridad que allí desarrollan su labor, y sí mucho de acoso políticamente oportunista e institucionalmente mezquino al Gobierno de España en un momento de crisis con Marruecos. […]
lo que esta extemporánea iniciativa pone en cuestión no son sus derechos como particular sino el cumplimiento de sus deberes como ex presidente. Son esos deberes los que ha despreciado Aznar en esta y en tantas otras ocasiones en las que, lejos de actuar con lealtad al Gobierno en plaza, como se espera de quien ha ocupado tan alta representación, se ha comportado como un ariete sectario y rencoroso.
El hecho de que informase de su visita al líder del PP, pero no al Gobierno, demuestra que pretendía revestirla de una dimensión política. Pero de la política entendida no como defensa de los intereses generales, sino como autoafirmación personalista. Incluso ante su partido […]
Con sus actitudes desde que salió de La Moncloa Aznar recuerda cada vez más a uno de esos personajes en lucha con sus propios fantasmas. [Leelo completo en EL PAIS]
Pues eso.