¿Pueden un lápiz, plastilina, cámaras y otros objetos desenterrados de fosas comunes de víctimas del franquismo ser utilizadas de forma transversal por artistas para retar al silencio y combatir la desmemoria? María Rosa Aránega, Regina de Miguel y María Amparo Gomar así lo creen y desde sus obras de arte contemporáneo proponen una mirada crítica y constructiva a la Memoria Histórica desde la transversalidad feminista.


Un lápiz y una libreta pueden descarnar la violencia fascista y plastilina amarilla reescribir el paisaje urbano y retar al silencio. Son algunas de las propuestas de tres artistas contemporáneas españolas, María Rosa Aránega, Regina de Miguel y María Amparo Gomar, en las que se fija un reportaje de Juan Miguel Baquero en Publico.es detallando como usan objetos desenterrados de las fosas comunes para mostrar una visión transversal y feminista de la desmemoria y el “legado” del franquismo y sus víctimas.

Desde el lema «Que mi nombre no se borre de la Historia», proponen combatir el olvido sistémico e impuesto a los represaliados, la impunidad enquistada de los golpistas españoles y hasta el amaestramiento comunitario en la desmemoria con sus obras que van desde dibujos a fotografías o intervenciones urbanas que convierten vestigios franquistas en basura. Ellas mismas explican en el reportaje, su mirada y los objetivos de sus obras.

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