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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

El periódico de Venezuela El Universal publica un texto de José Luis Méndez La Fuente titulado: ??La política internacional de Zapatero?, donde se analizan, entre otras cosas, las relaciones con Marruecos. El texto califica a la diplomacia española como «una diplomacia sin personalidad, opaca» aunque explica: «su denominador común, es el querer estar bien con todo el mundo» […] Se quiere, claro está, proteger los intereses españoles de siempre, los económicos de sus multinacionales, así como los estratégicos, sin que importe ninguna otra consideración? :

«Se dice que fue con J.F. Kennedy que se puso de moda eso que en los textos de estudio se conoce como ??diplomacia presidencial??, expresión que hacen referencia a la actuación personal del jefe de Estado en la conducción de la política exterior de un país, pero sobre todo, a su rol protagónico en el manejo de determinadas negociaciones y políticas. La política exterior de España no cuenta sin embargo con un referente semejante. Quizás por eso es una diplomacia sin personalidad, opaca. Mientras que en política interior, Rodríguez Zapatero tiene un papel destacadísimo, en la internacional se mantiene muy discreto. Por lo demás, la política exterior de Rodríguez Zapatero no se diferencia del resto. Su denominador común, el querer estar bien con todo el mundo, o mejor dicho, con casi todo el mundo. Solo que mientras en la nacional se busca votos consintiendo a las minorías, bajo el principio de que varias minorías pueden significar una mayoría, en la internacional las minorías no interesan, por que simplemente no dan votos ni apoyos. Se quiere, claro está, proteger los intereses españoles de siempre, los económicos de sus multinacionales, así como los estratégicos, sin que importe ninguna otra consideración?.

??El nombramiento de la nueva ministra de exteriores Trinidad Jiménez, no va a ayudar grandemente a mejorar las relaciones internacionales de España con EE.UU., ni su escasa influencia en la UE. Tampoco en el tema marroquí donde Zapatero tuvo que echar mano de su ex ministro Moratinos en una misión especial. Mientras tanto, España se hace la vista gorda con el asunto de los periodistas españoles deportados y con la violación de los derechos humanos en El Aaiún. Demasiado evidente el peso de la reclamación que Marruecos aún mantiene sobre los territorios de Ceuta y Melilla y cuyo último capitulo apenas se cerró en mayo pasado. La mesura y la prudencia son importantes en política internacional como en todo, pero a veces, un golpe sobre la mesa en el momento oportuno, puede convertirse en la mejor estrategia diplomática?.

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