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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Primera consideración. Desde luego Obama debe estar fuera de sí por las revelaciones de Wikileaks. El hombre que había prometido reconstituir las relaciones de EE.UU con el mundo y que creía que podría cambiar la percepción que el planeta tenía de su país ha recibido todo un gol en propia meta.

Segunda consideración. Reconozco que la filtración me tiene fascinado: tanto por su procedencia y sus consecuencias, como por su dimensión global. El propio personaje, de enigmático pasado, de Julián Assange es de lo más cinematográfico y podría desaparecer un día, tan rápido como apareció. Por eso yo de Wikileaks me lo creo todo, aunque trato de no creerme nada y lo que me preocupa de verdad es que toda la prensa mundial, salvo honrosas excepciones como Ana Pastor en su blog, acoja estas informaciones sin un mínimo de prudencia. Que luego nos extrañamos de que a una tele se le cuele un video de Wyoming maltratando a una becaria.

Me explico: el fenómeno Wikileaks ya es imparable y supone toda una innovación en materia de derechos civiles y transparencia para la sociedad, lleve ese nombre u otro. Pero los medios deberían andarse con pies de plomo ante las últimas informaciones y contextualizarlas bien porque hay un principio periodístico que nos dice que detrás de cualquier filtración, siempre hay un interés oculto y aquí nadie nos ha explicado cual es ni que prevenciones pone al mismo. Por eso sería ingenuo otorgarle por que sí, sin reparos, un carácter benéfico a esta…

Un ejemplo: El Pais dice en su titular que la embajada afirmó que «Zapatero usa la política exterior para ganar puntos en España» y señala que fue calificado como «izquierdista trasnochado». Lo que no dice, hasta bien entrado el texto, es que la afirmación procede del embajador en época de Bush. Lo cual es muy relevante habida cuenta de que hay dos tiempos en la relación España-EEUU. Uno pre-Bush y otro bien diferente en la era post-Bush.

Tercera consideración. Esta es la mayor filtración de material diplomático de la historia, sí. Pero si no fuera porque las consecuencias de algo así siempre son imprevisibles, sería como para pensar que las filtraciones proceden del sector más halcón de los EE.UU porque las revelaciones legitiman la visión más neocón y los asuntos realmente importantes que desvelan afectan al conocido como eje del mal. Unos pocos:

Pakistán presta apoyo encubierto a grupos terroristas

Irán cree sospechosa la filtración de Wikileaks y dice que beneficia a Israel

Servicios secretos cubanos están ampliamente desplegados en Venezuela

EE.UU. expresa su preocupación por la seguridad nuclear en Pakistán, según Wikileaks

WikiLeaks: Ataque a Google fue hecho por China

La mayor parte de los documentos restantes son asuntos conocidos o propios del papel couché. Aunque todas ellas dejan en pañales, especialmente, la estrategia diplomática emprendida por Obama, -considerada allí por los republicanos como simplemente naif-.

Así que me creeré todo el día que una de las revelaciones de Wikileaks termine con Bush o Rumsfeld en los tribunales o cuando, por ejemplo, conozcamos las conversaciones de la embajada el día en que mataron a Couso, unas que, casualmente, no han sido filtradas. No es por dudar de todo pero al fin y al cabo ya nos colaron otra con lo de la Gripe A y estoy tratando de vacunarme contra las intoxicaciones.

Sea como fuere, de las revelaciones sobre España hablaremos, claro que hablaremos.

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