Los artistas contraatacan el regocijo de la red
La derrota en el Congreso de la Ley Sinde sigue provocando reacciones en los dos bandos implicados. Los internautas la celebran como una victoria de un «nuevo tipo de movilización desorganizada y distribuida de la red». En cambio en la últimas horas han surgido muchas voces del mundo de la cultura que critican a los políticos por no aprobar la norma y piden que se actúe contra la piratería.
(Foto: Flickr/dj xiru)
Alejandro Sanz en su Twitter fue el primero en manifestar su opinión: «Que cobardes los politicos españoles, no van a votar la ley sinde de proteccion a la propiedad intelectual porque es impopular… cobardes e hipocritas.» Esta opinión del cantante provocó una gran polémica y rechazo en Twitter, aunque el propio Sanz ha dado luego explicaciones en su cuenta y ofrecido sus argumentos para defender la Ley Sinde.
Alex de la Iglesia también recurrió a Twitter para defender la «Ley Sinde» y entabló una larga conversación coral respondiendo a los comentarios de multitud de internautas. Y aseguró que «¡No estoy en contra de Internet! ¡Es mi vida! ¡Solo hablo de gente que se forra con el trabajo de lo demás.» También ha publicado una reflexión en ABC pidiendo un cambio de modelo de mercado.
Miguel Bosé en Facebook aseguró: «Desde aquí vaya mi apoyo total e incondicional a la Ley Sinde. Ya era hora. Y de paso conste mi vergüenza hacia todos aquellos políticos que intentan canjear nuestros derechos contra otros beneficios que nos lesionan profundamente. A ellos vaya mi desprecio.»
Juan José Millas ha lamentado la derrota de la norma: «La ley tendría defectos, pero era un modo de situarse frente a un problema muy grave. Si solo se votara lo perfecto no nos moveríamos».
Teddy Bautista ha escrito una carta en la que pide a los artistas que entiendan el desafío y salgan del «cómodo anonimato o del silencio de los corderos. Piensa y plantea, comprométete con el resto de compañeros y compañeras, pide explicaciones serenas y respetuosas, pero firmes y argumentadas, de porqué nos quieren privar de unos derechos que están siendo reconocidos en la mayoría de paises de nuestro entorno.»
Pedro Almodóvar, Eduardo Noriega, Fernando Savater, Javier Marías, Isabel Coixet, Fernando Trueba o Kiko Veneno entre otros han salido en las últimas horas en defensa de la Ley y mostrado su indignación con los políticos españoles por no haberla aprobado.
En la blogosfera la sensación era la contraria: satisfacción por el hecho de que la movilización ciudadana desde la red haya logrado paralizar, de momento, la norma.
Enrique Dans subraya que «hemos conseguido, mediante la acción ciudadana, llamar la atención de manera importantísima sobre un asunto que, de otra manera, se habría aprobado sin ningún tipo de obstáculo». Aunque matiza la euforia, hablando de que esto es el fin de una batalla no de la guerra.
Antonio Ortiz en Error 500 comenta que el gobierno «una vez más – y van varias – han subestimado la capacidad de movilización desorganizada y distribuida de la red y del impacto en el deterioro de la imagen de las críticas por parte de la sociedad civil que percibe que están tocando un espacio de libertad propio como es internet. Eso hace mucho más caro conseguir aliados que voten esperpentos como la ley Sinde.»
Hugo Martínez Abarca destaca el hecho de que la no aprobación de la ley se hizo gracias a que «en los últimos días miles de personas mostraban su indignación ante todos los partidos avisando a aquel que votara lo que se consideraban (y era) una erosión de su ciudadanía por todos los canales de comunicación posibles, que hoy son muchos.»
Mariano Amartino de Denken Uber considera que al revelar las presiones de EEUU a España, » Wikileaks dió la base para poder frenar a la Ley Sinde que entraba en el debate de la Ley de Economía Sostenible en su sector de Descargas Ilegales.»
Marco Schwartz defiende en su blog Versión Libre que «Si hay que adoptar medidas legales contra la piratería, estas han de ser escrupulosas y extremadamente garantistas. Pero, por encima de todo, lo que se impone para abordar el problema es la búsqueda de un nuevo enfoque.»
Nacho Escolar destacó en su blog que «es una buena noticia que protestas ciudadanas consigan su eco, como las movilizaciones contra la llamada Ley Sinde.»
Carlos Rebato en Alt1040 habla de «un nuevo tipo de revolución, la revolución de las voces, de la movilización, un tipo de revolución que no se basa ni en la violencia, ni en los palos, ni en las piedras (figuradas) se basa en quejarse, en protestar y en luchar por lo que es justo, lo que hoy hemos conseguido ha sido, desde luego, una gran victoria en más de un sentido.»
David Bollero argumenta que «de haberse aprobado la ley, ¿se imaginan el precedente? Por la misma regla de tres podríamos ver cómo, por ejemplo, una comisión ministerial suspende una obra por considerar que hace apología del terrorismo, o un embargo de una casa sin orden judicial. Esa es la sociedad que muchos creadores podrían estar a punto de alumbrar con esa ceguera por la Ley Sinde.»
Javier Mesoneros celebra desde Moscas en la Sopa la paralización y apunta que «la Disposición Final Segunda, con su contenido, hubiera de haberse tenido que tramitar como reforma de la Ley de Propiedad Intelectual.»