La crisis también se llama Tizona y Dulcinea
En 2008 cayó el mayor banco industrial del mundo, Lehman Brothers. Su bancarrota obligó al gobierno norteamericano a reactivar el sistema financiero. Tuvo que inyectar miles de millones a los bancos del país, destapando la crisis de las hipotecas subprime.
Como los bancos americanos prestaban a los bancos europeos, los de aquí dejaron de recibir dinero. Y como en un castillo de naipes, los bancos europeos que prestaban al ciudadano y a las pymes, dejaron también de hacerlo. Nuestro gobierno tuvo que «inyectar liquidez al sistema». Es decir, dejar de gastar en la sociedad para hacerlo en el sistema. Tantas inyecciones de dinero han endeudado a la población española que ahora se ve obligada a practicar durísimos recortes de todo aquello que costaba dinero al gobierno.
Esto le ha pasado a muchos paises aunque, en efecto, España tiene otras particularidades. Nuestras particularidades apestan y aunque llevan muchos nombres, hoy nos detendremos en Tizona y en Dulcinea.
Porque nuestra crisis no empezó en el año 2008, empezó mucho antes. Veamos el ejemplo de una metrópolis: Madrid; donde Tizona y Dulcinea llevaban años sacándole las tripas a los ciudadanos. Lo hacían literalmente pues eran las tuneladoras a las que el alcalde de la ciudad había confiado sus proyectos.
Las colosales tuneladoras «Tizona» y «Dulcinea» simbolizan perfectamente lo que ha ocurrido con la crisis en nuestro país. Eran las más grandes del mundo; porque no podíamos ser menos.
Bien. Pues resulta ahora que Ana Botella, la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, ha sugerido que las basuras no sean recogidas en domingo, para ahorrar unos 200 empleos, y unos 26,5 millones de euros.
Si conocieran la zona centro, la conmemorada zona de Gran Vía y sus aledaños -la puerta de entrada de todos los extranjeros en la ciudad- entenderían lo que eso supone pues ya de por si parece un vertedero.
Es la ciudad más tunelada del país, con la calle Serrano muy limpita, pero en el resto de la ciudad tendremos que esconder la basura en casa porque, además de ser la más cochina, también es la ciudad más endeudada, entre otras cosas gracias a Tizona y a Dulcinea, o a los lumbreras que decidieron crear una ciudad para ellas, no para nosotros.