Aznar, alma en pena
Dice Pablo Ordaz en EL PAIS, que José María Aznar, el expresidente español, camina como alma en pena por los mítines. Comentan quienes le conocieron que no ha vuelto a ser el mismo:
-Han sido cuatro años muy duros… Yo no tengo ya ninguna ambición personal… , -se lamentó ayer
Resulta triste. Yo que tengo una cierta tendencia a empatizar con los débiles y los derrotados, puesto que compartimos esa orilla a menudo, no encuentro esta vez en mi alma ni una sola cicatriz de compasión hacia este personaje.
Y eso que le perdono todo, excepto lo de Irak. Aznar, «el hombre que mirando a los españoles a los ojos aseguró: créanme, hay armas de destrucción masiva». El hombre que se soñó cirujano de las bombas en una batalla canalla y sedienta de ambición tiene en su haber más de 80.000 muertos entre los que se pueden sacar a paladas los nombres de niños, abuelos y mujeres, que nada tenían que ver con su guerra.
Quizá sea poco honesto culparle a él, como insinuan sus compañeros de orgía de sangre. Quizá el alma en pena, sólo sea producto de una educación que no ha conocido la compasión. Quizá le enseñaron a amamantar el poder, a hacerle succiones al dinero y a besar el negro petróleo mas que al débil ser humano.
Pero a mi aquel hombre no me produce ninguna compasión y eso no se lo perdono.
Aznar es un dinosaurio, pero habría que conocer un poco la dinámica interna del partido para saber de verdad cuánto poder tiene. Es algo más que un refundador. Podría justificar una época perfectamente. Un saludo.
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