«No debe haber una relación cómoda entre los medios de comunicación y los partidos políticos en el poder porque ocupamos papeles distintos en la democracia»
La frase del titular la pronunció Greg Dyke, exdirector de la BBC, en un viaje a España, refiriéndose a su propio medio, años después de abandonar la dirección.
La historia de su dimisión es conocida, pero merece ser recordada. La BBC descubrió que los informes por Blair para justificar la guerra de Irak habían sido exagerados.
Durante meses la cadena británica mantuvo un fuerte pulso contra el ejecutivo defendiendo la veracidad de la información y negándose a revelar sus fuentes. Pero una filtración -que se intuía salió del gobierno- reveló el nombre del informador.
Se trataba de un científico llamado David Kelly, un asesor del gobierno. Se vió obligado a comparecer ante la comisión parlamentaria que investigaba el caso y poco después fue hallado muerto. Aquello derivó en otro juicio, en el que el juez Hutton exculpó a Blair de la muerte del científico. Por todo ello Greg Dyke abandonó la dirección de la BBC en enero. Se marchó defendiendo la versión de su medio.
También el periodista Gilligan, que firmaba la nota, sostuvo en reiteradas ocasiones que la información era veraz. Y el propio Dyke nunca ha desistido en su denuncia de las presiones que sufrió la cadena
Pero las represalias no cesaron con su dimisión. El Gobierno británico intentó aumentar su control sobre los contenidos de la BBC. Blair, incluso planteó partir la cadena BBC en cuatro partes.
Ya en 2007 Gordon Brown reconoció, por primera vez, que los datos sobre armas en Irak se habían exagerado. Daba así la razón a la acusación de Andrew Gilligan, de que Blair utilizó la inteligencia para justificar la invasión.
«No debe haber una relación cómoda entre los medios de comunicación y los partidos políticos en el poder porque ocupamos papeles distintos en la democracia», -sentenció Greg Dyke, exdirector de la BBC