Blackwater se vende: ¿problemas judiciales o pocos beneficios?
«En Washington solo importa la política». Con esta justificación Erik Prince, fundador de la firma de seguridad privada Blackwater sorprendió al mundo hace unos días anunciado que ponía su compañía a la venta. El intento de luchar contra la mala imagen con un cambio de nombre, no ha sido suficiente y Xe Company -la nueva denominación- está ahora a la espera de ofertas. Aunque no está claro si se vende en su conjunto o solo la división de seguridad. En la red algunos especialistas apuntan diversos motivos que pueden explicar la decisión de Prince.
Jeremy Scahill, uno de los periodistas que más ha investigado a Blackwater, asegura que la «venta de la compañía representará indudablemente el fin de una era. Pero Blackwater no llegó a la prominencia sobre el vacío y no creó la demanda de la clase de fuerzas y servicio que ofrece. Incluso si Erik Prince abandona el juego mercenario, Blackwater continuará -casi seguro con otro nombre y otro dueño-. El tipo de operaciones clandestinas y de fuerzas especiales de alto nivel que Blackwater ha provisto para el gobierno de EEUU y los militares será cada vez más demandado en los años venideros».
Pero además Scahill menciona los rumores de que Erik Prince está intentando una venta rápida de la compañía porque podría ser objeto de una investigación criminal -ya han sido imputados algunos de sus altos cargos-. También asegura que el fundador de Blackwater estudia mudarse a los Emiratos Árabes.
Desde que fue creada en 1997 Blackwater logró un importante éxito en el «mercado de la seguridad privada» pero acumulando una larga lista de investigaciones criminales, demandas y expulsiones de países con conflictos. La más sonada fue en 2007, cuando operaba en Irak y varios de sus mercenarios se vieron implicados en un tiroteo que acabó con 17 civiles iraquies muertos y la expulsión de la firma del país.
Este y otros incidentes provocaron la estigmatización de la empresa y su asociación con la idea de que eran «mercenarios de gatillo fácil». Erik Prince y el resto de propietarios de Blackwater han tratado de «blanquear» su imagen, pero no lo han logrado.
Otros expertos en compañías militares privadas sugieren otras posibles explicaciones para la venta de Blackwater. Tim Lynch de Free Range International cree que puede deberse a que el negocio no genera tantos beneficios como se cree y además hay mucha competencia entre las empresas de seguridad.
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