Periodistas de EEUU creen que Obama se equivoca al pasar página sobre la tortura
Primero fue la investigación abierta por Garzón contra altos cargos de la Administración Bush por crímenes en Guantánamo y ahora la desclasificación de los memorandos que demuestra que algunas técnicas de interrogación a sospechosos de terrorismo eran tortura. La posición de Obama con respecto a ambas ha sido criticar la causa de la Audiencia Nacional española y hacer públicos los documentos internos sobre interrogatorios, al tiempo que renunciaba a perseguir a los responsables con el argumento de que «es necesario mirar hacia delante».
Keith Olbermann, uno de los más populares periodistas políticos de izquierdas de la TV de EEUU, ya manifestó su apoyo a la causa abierta por Garzón en España y ahora considera que su presidente se equivoca. Alaba a Obama por desclasificar la «ropa sucia», pero le critica por no perseguir a los culpables. Cree que habría que exigir responsabilidades a los altos cargos de Bush por haber torturado y corresponde a Obama asegurar que este «doloroso capítulo» no se repita. «El futuro de América depende de ello», ha dicho.
Anderson Cooper de la CNN por su parte trató la cuestión en su programa donde el analista legal de la cadena tambien mencionó la causa abierta por Garzón. Aseguró que probablemente este no fuera el mejor camino y que tampoco apoya las persecuciones legales, pero sí defendio una investigación en profundidad sobre una cuestión tan grave como la tortura dentro de EEUU: «Aunque pueda funcionar, la tortura es algo que los países civilizados no practican».
Rachel Maddow otra conocida presentadora de la MSNBC también ha comentado las últimas decisiones de Obama y se mostró irónica al respecto. El profesor de derecho constitucional Jonathan Turley entrevistado en su programa fue más lejos y consideró que la decisión del presidente de no perseguir a los funcionarios que practicaron torturas es una obstrucción a la investigación judicial de crímenes de guerra que coloca a EEUU en el mismo nivel que Serbia, que también se negó a estas investigaciones.