Copenhague
Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Los informes más dramáticos dicen que Copenhague es la última oportunidad de controlar el cambio climático. Los menos dramáticos, que es la penúltima. Pero todos coinciden en que es urgente actuar, dejando a un lado a los negacionistas, muy crecidos con la sospechosa aparición a última hora de unos e-mails que no pueden poner en cuestión informes tan aplastantes como los revelados por la comunidad científica mundial en el año 2007.
Sobre la Cumbre que hoy comienza caben muchas consideraciones, quisiéramos señalar dos. La primera, el mérito enorme de los grupos que durante años han venido denunciando lo que ya hoy el mundo reconoce como una realidad de la máxima importante. Se llegará hasta donde se llegue, pero la preocupación por el medio ambiente está ya en el centro del debate universal, como la gran responsabilidad de nuestra generación. Segundo que, a pesar de la evidencia de que no hay tiempo que perder, hemos de prepararnos para un proceso por etapas, seguramente lento, desesperadamente lento, que habremos de acompañar sin dejarnos abatir por el desánimo. No olivdemos que detener el cambio climático nos plantea problemas del más grueso calibre.
Estratégicos: países ricos frente a países pobres; desarrollados frente a no desarrollados o en vías de hacer. Económicos directos: ¿cuánto habrán de pagar los primeros a los segundos para que no contaminen? ¿Quién distribuirá ese dinero? Policiales o de control: ¿Quién vigilará, y con qué autoridad, el cumplimiento de lo que se acuerde en materia de emisiones? Y, sobre todo, sociales: pues tendremos que cambiar nuestra forma de crecer, nuestra forma de vida. Copenhague solo será concluyente si es un fracaso… si no lo es, constituirá el comienzo de un largo viaje, con frenazos y aceleraciones; pero, atención, con un rumbo ideológico inexorable. Porque esta historia tiene moraleja: la injusticia y la desigualdad han puesto al planeta al borde del abismo. Para sobrevivir, nuestro planeta necesita que el hombre sea justo con el hombre».