Un corresponsal holandés se queja tras un debate en TV3: «La gente en España prefiere oír y leer opiniones que comparten»
Merijn de Wall del NRC/Handelsblad ha descrito en una crónica titulada «Me siento incómodo en el estudio de televisión catalán» su experiencia en un debate del canal público TV3. Asegura estar «acostumbrado» a tener que defenderse en Cataluña de las acusaciones de tener «enturbiada la visión» por los «medios anticatalanes de Madrid». Pero explica que TV3 tampoco es un «ejemplo de independencia». Y sostiene que el problema es que tanto los catalanes como el resto de españoles prefieren leer y oír opiniones que comparten «eso hace que vivan con distintas variantes de la realidad.»
Merijn de Waal escribe en NRC/Handelsblad «Una vez maquillado empiezo a percatarme de la situación: esto no será un partido en propio campo. Estoy sentado en la silla de maquillaje para participar en un programa de entrevistas de la televisión regional catalana. Ese mismo día había entrevistado junto con otros periodistas extranjeros al presidente regional nacionalista, Artur Mas. Esto, al parecer, fue suficientemente interesante como para invitarme al programa en directo. Fue al llegar al estudio cuando me di cuenta de mi ingenuidad, cuando el presentador del programa entró para anunciar la charla. `Hablaremos brevemente sobre vuestro encuentro con Mas y luego sobre qué supone informar sobre Cataluña como corresponsal acreditado en Madrid´.»
Añade: «En Cataluña estoy acostumbrado a tener que defenderme. La bola de cristal madrileña enturbia la visión del cuerpo periodístico extranjero, esa es la queja que formulan los regionalistas que quieren cortar con el Estado central. Los corresponsales se dejarían lavar el cerebro por los irritables medios de comunicación anticatalanes en Madrid. Sin embargo, TV3 tampoco es un ejemplo de `independencia´. Adversarios y partidarios de la causa nacionalista toman la palabra. El tiempo de intervención del primer grupo es muy inferior al del segundo grupo. También en España, los periodistas piensan que la polémica se vende bien. Y que la gente prefiere oír y leer opiniones que comparten. Una dinámica que hace que los catalanes y el resto de los españoles se apoyen en los propios medios de comunicación. Y eso hace que vivan con distintas variantes de la realidad.»