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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

El sábado visité el recién inaugurado Fab Lab de Madrid.

Este Fab Lab está en un palacete de la plaza de Santa Ana y ha sido apoyado por la marca de vodka Absolut. Pretende convertirse en un lugar de encuentro para creadores pero su filosofía va más lejos. Eso si logran convivir ambos conceptos porque la creatividad revolucionaria no casa demasiado bien con el márketing empresarial de Absolut.

Como algunos sabrán el Fab Lab es un concepto que nació en el Mit, el Instituto tecnológico de Massachusetts, y que tiene un objetivo tan vanguardista como revolucionario. Se trata de poner a disposición de la gente todo tipo de maquinaria industrial automatizada para construir objetos a precios asequibles. Hay 12 Fab Labs de este tipo en todo el mundo -uno de ellos en Barcelona- y en total unos 20 si contamos los no oficiales. Algunos están en lugares tan sorprendentes como Nairobi.

Al concepto se le conoce como fabbing y ya hemos hablado alguna vez de ello en radiocable.com pues tiene aplicaciones increibles.

El objetivo es permitir que la gente disponga de los medios de producción de los objetos; que puedan convertir los bits en átomos.

Quizá suene un poco complicado pero imagina que quieres una silla específica, personalizada, adecuada a tu tamaño o al diseño de tu habitación, pues te descargas el diseño de Internet o te lo haces tu mismo en 3d y te vas a un Fab-Lab con tu pendrive donde la máquina te entregará la pieza construida.

Algún día, incluso, estas máquinas podrían ser particulares y de la misma forma que uno imprime en casa una foto, podrá «construir un objeto» con una de estas impresoras o mejor dicho «modeladoras» en 3d.

Así contado no deja de parecer un workcenter de la carpintería y el metal, y sin embargo, el resultado es revolucionario. Imagina que pasará con el diseño y las patentes industriales si puedes descargarlas de un Napster en Internet y fabricártelas tu mismo.

No solo eso, es toda una revolución en los medios de producción que pasan de ser estandarizados a unipersonales. Porque ¿crees que todo el mundo tiene las mismas necesidades?. Buen ejemplo de esto lo vivió Ikea que descubrió con sorpresa un insospechado aumento de ventas de sus floreros en EEUU. La gente los compraba para utilizarlos como vasos tamaño maxi.

Puede que algún día -y no será muy tarde- descubramos que la producción estandarizada, fue una imposición comercial de escasa usabilidad social y ese día todos tendremos tecnología doméstica en casapara fabricarnos la cubertería. Igualito que en Star Trek y tan cerca…

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