Desarticulada importante red de ladrones de placas polares
La Guardia Civil ha detenido, segun informa la Cadena Ser, a 20 personas todas de nacionalidad marroquí y argelina, que se dedicaban a robar placas solares para revenderlas en el mercado negro de Marruecos. La operación culmina una investigacion que ha durado un año y ha permitido recuperar 2.000 placas solares que habrían alcanzado en la reventa un valor de millón y medio de euros.
El problema alcanzó, sobre todo en la Costa del Sol, cotas serias por el volumen y frecuencia de los robos, las perdidas del sector y el freno que suponía al desarrollo de la energía solar en España.
El robo de placas no es un robo fácil, cada panel puede pesar 25kg y en algunos casos los ladrones se ven obligados a descolgarlos desde tejados y alturas considerables, pero ya se han registrado operaciones en las que se han sustraído más de 100 placas en una sola noche.
Se cree que la mayor parte de estos paneles sustraídos terminan vendiéndose en el mercado negro de Marruecos. Cada placa solar nueva cuesta unos 900 euros y tiene una vida útil de unos 40 años. Y el «negocio» es ahora más «tentador» que nunca porque todas las nuevas construcciones, por ley, deben incorporar instalaciones de energía solar. Sin embargo según los expertos en seguridad, la mayor parte de los robos se producen en instalaciones industriales y parques solares, más que en viviendas o urbanizaciones.
Castillejo detalla cómo son las placas Download
Paco Castillejo, de Anbelo Solar, empresa especializada en el montaje y mantenimiento de parques solares, explica en radiocable.com cómo se suelen producir los robos.
Los pequeños parques o «huertos» solares son el blanco preferido de este tipo de delincuentes. Entre otras cosas porque suelen tener gran cantidad de paneles en una zona aislada y poco protegida. Hasta allí llegan con camiones y probablemente en equipos de entre 10 y 20 personas. Cada placa solar puede pesar entre 12 y 25 kilos y los tamaños están entorno a los 1,70 metros de largo por 1m de ancho.
El asunto tiene tanto calado que ya han surgido empresas de seguridad que están especializándose en proteger instalaciones solares y compañías de seguros que solo se dedican al sector de las placas fotovoltaicas.