Desmontan dos mitos sobre la inmigración
Los inmigrantes no colapsan los servicios sanitarios de nuestro país, porque van al médico la mitad de veces que un ciudadano español. Y la pateras y cayucos no los financian unicamente las mafias locales, sino también empresarios navarros y aragoneses. Son dos noticias recientes que suponen un contrapunto a las tesis habituales que se sostienen sobre la inmigración.
Segun una noticia de 20 minutos, al menos dos empresarios de Navarra y Aragón habrían pagado los viajes de las pateras que llegaron en los últimos meses a Baleares con el objetivo de emplear de forma fraudulenta a los cerca de 100 inmigrantes ilegales que transportaban. Han sido detenidos, aunque según las autoridades podría haber más empresarios implicados, ya que habían organizado una red en toda regla. Compraban o alquilaban embarcaciones a pescadores argelinos y los inmigrantes que trasladaban estaban en muy buenas condiciones, tenían móviles, ropa para cambiarse y hasta dinero para tomar taxis.
Esta preparación fue lo que llamó la atención de la Guardia Civil, que luego descubrió también que todas las pateras de esta red financiada por empresarios españoles tenían GPS y que sus patrones recibían información concreta sobre los mejores sitios donde desembarcar para eludir la vigilancia policial.
Por otro lado, El País publica que los inmigrantes representan el 10% de la población española, pero son sólo el 5% de los pacientes de atención primaria, segun datos de la Sociedad española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc). Explican que este dato significa que los inmigrantes acuden a los centros sanitarios la mitad de veces que los españoles, ya que si lo hicieran en la misma proporción, coparían también el 10% en los datos de pacientes. Segun la Semfyc, esto se debe a que en su mayoría, la gente que viene a nuestro país es joven, tiene buena salud y quiere trabajar.
Otro mito que esta sociedad de medicina quiere desmontar es el de que los extranjeros son fuente de enfermedades raras. Aunque vengan con alguna dolencia endémica de sus países de origen, como el Chagas o algún parásito, la diferencia en las condiciones de vida y el clima (los insectos que los transmiten no son los mismos) hacen que ese peligro no exista. E incluso muchas veces sucede al reves, los inmigrantes se convierten en las víctimas de las enfermedades propias de países del norte, como las afecciones respiratorias, los problemas gastrointestinales o enfermedades de transmisión sexual -ya que vienen con una deficiente educación sexual-.