«La economía sumergida, último recurso contra la crisis en España» publica Le Monde
Un reportaje en el prestigioso diario francés asegura que los españoles afectados por el paro están recurriendo a todo tipo de actividades en la economía sumergida para superar la crisis. En el texto se dice «Los ??cartoneros?? surcan Madrid, los mercadillos ambulantes atraen nuevos vendedores».
(Foto: Flickr/JM Fontecha)
El artículo de Le Monde que firma Sandrine Morel empieza dando datos sobre el volumen de economia sumergida que hay en España: «basándose en la diferencia entre la encuesta de población activa y el número de personas afiliadas a la Seguridad Social, Pablo Vázquez, director de la fundación de Estudios de Economía Aplicada, considera que son 850.000 las personas que trabajaron en negro durante el cuarto trimestre de 2010, contra las 500.000 de antes de 2008. Otros estudios resultan más alarmantes. La Fundación Española de Cajas de Ahorros (Funcas) considera que son 4 millones los puestos de trabajo en negro durante el año 2008″.
Explican también como la supresión del subsidio de 426 euros para los trabajadores que habían agotado la prestación por desempleo ha dejado a un millón doscientos mil parados sin ningun tipo de indemnización y con la necesidad de ganarse la vida: «La construcción no es el único sector en el que pululan los empleos en negro. La agricultura, el comercio y, sobre todo, el sector hotelero son sus grandes abastecedores?.
El diario destaca como «contra la crisis, los españoles se han puesto a realizar cualquier tipo de chapuzas. Camiones de??cartoneros?? surcan Madrid para recuperar cartones y papeles y revenderlos a las empresas de reciclaje y a las fábricas de papel. Cerca de la estación de Atocha o de la Glorieta de Embajadores, los mercadillos ambulantes han cambiado de cara».
«Los españoles ancianos acuden para incrementar su magra pensión y venden sus tesoros: viejas revistas eróticas, calzado usado, DVD piratas e imitaciones de importantes marcas que venden los africanos. Desde hace poco, la oferta se ha ampliado a los productos frescos y de primera necesidad ??caídos de los camiones??. En las farolas los anuncios de carpinteros, pintores, niñeras, señoras de limpieza se acumulan».