The Economist señala diez años después del 15M: “la desilusión ha sustituido a la rabia”
El movimiento de los Indignados que nació el 15 de mayo de 2011 sacudió España, que es, hoy, un país diferente. Pero el legado del 15M no es «simple y directo», especialmente en cuanto a regenerar la política porque aunque erosionó el bipartidismo, ha terminado provocando mucha polarización y «rompiendo más cosas de las que ha podido construir». Es el análisis que hace el influyente semanario británico cuando se cumplen 10 años de la protesta y acampada de la Puerta del Sol en Madrid. Con un tono agridulce, también apunta que la rabia de la que nacieron los Indignados ha dado paso a la desilusión y a una falta de confianza de los españoles en sus políticos e instituciones.
Five years of vigorous economic growth from 2014 to 2019 failed to restore Spaniards’ trust in their politicians and their institutions. The «indignados» broke more than they managed to build https://t.co/hM0yBNJq4z
— The Economist (@TheEconomist) May 10, 2021
The Economist recuerda cómo de las acampadas de los Indignados surgió un nuevo tipo de movimiento de protesta, que sería copiado por Occupy Wall Street y Occupy London y que sacudió España en su base. Asegura que en tres años, impulsó a dos nuevos partidos, Podemos en la izquierda y «Ciudadanos en el centro», algo que fragmentó el bipartidismo. Pero enfatiza que diez años después, aunque España es en muchas formas un país diferente, el legado de los indignados es «palpable pero está lejos de ser simple y directo». Cita a Carolina Bescansa que recuerda que los Indignados tenían claro lo que no querían: «ni más recortes, ni más corrupción, ni la misma forma de hacer política».
El artículo resalta que en las dos primeras demandas, el 15M ha logrado cambios y menciona como evidencia, el esfuerzo que se ha hecho en esta pandemia para proteger a los hogares frente lo que se hizo en 2008. También señala que aunque sigue existiendo la corrupción, ya no hay impunidad. Pero considera que el objetivo de regenerar la política ha sido más «elusivo». Subraya en concreto que Podemos ha llegado a entrar en el gobierno, pero cree que la formación «ha cambiado» su atractivo inicial de «populistas de izquierda de amplio espectro» y que Iglesias ha «imitado al partido comunista». Señala asimismo a Ciudadanos -al que también considera indirectamente heredero del 15M- recordando que pudo haber gobernado con el PSOE en 2019, pero su líder Albert Rivera prefirió llevar al partido más hacia la derecha para desplazar al PP, «fallando también».
El resultado de todo esto es, según recoge el semanario británico, que la oportunidad de reformas amplias ya no está sobre la mesa, porque ahora impera la polarización política. Apunta que ésta ha alcanzado un «nuevo mínimo» en la «fea» campaña del 4M. Y concluye asegurando que aunque el 15M dañó el bipartidismo, éste ha demostrado su resiliencia y las salidas de Rivera, primero, y ahora de Iglesias evidencian su fracaso a la hora de «forjar una nueva política». Añade que además la rabia de la ciudadanía ha dado paso a la desilusión, que se ha visto agravada por la pandemia y que se pone de relieve por la pérdida de confianza de los españoles en sus políticos e instituciones, que está entre las más bajas de Europa. Y sentencia: «Los Indignados rompieron más cosas de las que han sido capaces de construir».
The Economist es un semanario británico que se publica desde 1843 y considerado un referente en el análisis de las relaciones internacionales y la economía. Su opinión influye en la imagen exterior de los países, en los inversores internacionales y marca la agenda de otros medios de comunicación. Desde agosto de 2015 ha dejado de pertenecer a Pearson y ahora Exor, compañía de la famila italiana Agnelli dueña de Fiat, controla el 43,4%. La familia Rothschild, por su parte, posee el 25% de las acciones y el resto se reparte entre otras destacadas familias británicas, empleados y ex trabajadores de la revista. Su linea editorial es neoliberal tanto a nivel económico -a favor del libre mercado, la globalización y la libre inmigración- como en temas sociales -han apoyado el matrimonio gay, la legalización de las drogas o el control de armas-. Y políticamente han respaldado tanto a candidatos conservadores como de izquierdas. Sus artículos no van firmados. Su circulación a finales de 2019 superaba los 1,5 millones semanales combinando los 900.000 ejemplares en papel con las suscripciones digitales, alcanzando los 5,3 millones de lectores.
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