The Economist cree que para seguir unida, España necesita un «multilingüismo entusiasta»
El semanario británico analiza los conflictos lingüísticos en España, sobre todo con el catalán. El texto se titula «Cómo hacer un país para todos» y sostiene que España privilegia el español por encima de sus otros idiomas regionales. Apunta que esto está creando resentimientos y que para garantizar la unidad sin conflictos España debe seguir el ejemplo de otros países y abrirse al multilingüismo. Pero un multilingüismo entusiasta en el que los castellanoparlantes se sientan orgullosos de aprender y usar el catalán, el vasco o el gallego.
The Economist lanza una mirada sobre cómo funcionan otros países multilingües y menciona a Suiza, Bélgica y Luxemburgo señalando que, pese a sus diferencias, tienen una cosa en común: el multilingüismo en las lenguas nativas del país se considera un deber de un buen ciudadano, para todos. Y apunta que España, en cambio, privilegia un idioma. Y recoge cómo los castellano-parlantes que se trasladan a Cataluña se quejan de tener que aprender catalán, o enviar a sus hijos a escuelas en catalán.
Pero el texto defiende que si el País quiere seguir unido sin problemas, España necesita no sólo el multilingüismo, sino un multilingüismo entusiasta. Que quienes hablan español en Madrid o Málaga estén orgullosos de aprender otras lenguas de su país. Defienden que para los audaces está el vasco y para los más prácticos el gallego, aunque el catalán es el que tiene el mayor número de hablantes. Plantea que el parlamento español permita a los diputados hablar en sus lenguas regionales y que los políticos sigan el ejemplo del nuevo Rey y se atrevan ve vez en cuando a hablar un poco en otros idiomas de España en sus discursos.
The Economist es un semanario británico que se publica desde 1843 y considerado un referente en el análisis de las relaciones internacionales y la economía. Su opinión influye en la imagen exterior de los países, en los inversores internacionales y marca la agenda de otros medios de comunicación. Pertenece en un 50% al grupo Pearson -que también edita el Financial Times- mientras que el resto está en manos de accionistas independientes -incluyendo a miembros del staff- y la familia Rothschild. Su linea editorial es neoliberal tanto a nivel económico -a favor del libre mercado, la globalización y la libre inmigración- como en temas sociales -han apoyado el matrimonio gay, la legalización de las drogas o el control de armas-. Y politicamente han respaldado tanto a candidatos conservadores como de izquierdas. Sus artículos no van firmados. Su circulación en 2012 fue de 1.574.803 ejemplares.
(Esta noticia está incluida en el resumen de prensa internacional de radiocable.com)