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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

El Financial Times publica un interesantísimo texto ($) [aquí gratuito] en el que se refiere a las políticas que debería impulsar y al discurso que debería emplear Europa si quiere estar presente en la agenda de Washington.

En el texto no se refieren implícitamente a España pero afecta directamente a nuestro concepto de relación internacional. La tesis del texto, que firman Jeremy Shapiro y Nick Witney, apunta a que hay una cierta ingenuidad sobre las realidades y las reglas que imperan en las relaciones europeas con ese pais. El texto recomienda que si queremos mejorarlas debemos pensar en sus intereses, no en los nuestros:

La estrategia de Barack Obama en política exterior es la de reposicionar América para un mundo post-americano.[…] se trata de crear alianzas tácticas. Trabajará con China en la economía global, con Rusia en desarme nuclear y con todo aquel que pueda ayudar a servir a los intereses de los EEUU.

El autodeclarado pragmatismo de Obama significa un riguroso aprovechamiento de tiempo y energía. Atenderá a todo aquel que pueda serle útil para ese fin, no simplemente simpático.  Los europeos amables que no tengan nada que ofrecer serán de prioridad baja. «

El texto es como digo muy ilustrativo, pero cae en un error revelador. El autor cree que Europa y por tanto España,   desconoce esas exigencias pragmáticas de los EEUU. El artículo dibuja a la sociedad europea intelectual pero ingenua.

Y no es cierto. La sociedad europea quiere ser escuchada en Washington sí, y para ello ofrece acuerdos y negociaciones adecuadas a los intereses de los EEUU -buena prueba de ello son las industrias de Alta Velocidad y energías alternativas elogiadas por Obama y presentadas por España- . El problema es que EEUU a menudo intenta extender esas cooperación a intereses estrategico-militares propios para condicionar sus otras políticas. No es que Europa no entienda esta política discursiva, es que a Europa -y a los europeos- no le gusta acceder a determinadas pretensiones. El diario insiste:

 «Para los Europeos, son verdades difíciles de absorver. Pero ellos no tendrán peso, de nuevo, en Washington mientras no se den cuenta de que un mundo post-Americano requiere  una Europa post-Americana.  [..] la primera ilusión equivocada es continuar bajo la dependencia de protección de los EEUU».

Los autores creen que primero europa debería tener un discurso común con protagonismo en seguridad y en negocios, en lugar de las pequeñas e independientes acciones de algunas de sus naciones, pues eso favorecería el diálogo bilateral. En reúmen, que Europa debería definir de una vez por toda su estrategia de poder militar en el mundo.

Nada nuevo bajo el sol. Ya lo dijo Reagan en 1983 : «Nosotros no estamos en el mundo para defender los intereses de los demás, estamos para defender nuestros intereses».

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