El adolescente que descubrió el número secreto de Bush
Se llama Vifill Atlason es un estudiante de 16 años y hace una semana provocó una alerta de alta seguridad en el Servicio Secreto de EEUU al conseguir llamar al presidente Bush… a su número privado. Fue interrogado por la policía aunque se negó a revelar cómo había conseguido el número. Se especula con que pudo descifrarlo de las imágenes de televisión en la que la hija de Bush, Jenna le llamó en directo hace unos días. Ahora se ha convertido en un heroe en Islandia, donde el presidente de EEUU es muy impopular, y hasta ha sido entrevistado en TV. [VIDEO EN ISLANDES]
La Casa Blanca intentó desinflar la historia asegurando que el número al que el joven llamó era de una centralita del Ala Oeste, pero ABC News asegura que en realidad Atlason logró conectar con una extensión en la zona privada del edificio. Y también es revelador que poco después de la llamada fuera identificado a pesar de residir en Akranes, un pequeño pueblo pesquero a 48 km de Reykjavik, y le detuviera la policía.
Fue interrogado durante varias horas en busca del autor de «la filtración». El dijo que no recordaba como consiguió el número, pero que lo tenía desde hace años. Fue liberado sin cargos, aunque pende sobre él la amenaza de prohibirle la entrada en EEUU.
La historia tiene su miga, porque Vifill Atlason se hizo pasar por el presidente de su país, ?lafur Ragnar Grímsson, y dejó el mensaje de que quería hablar con Bush y que le devolviera la llamada. El adolescente ha contado que llegó a hablar con la secretaria personal del presidente y que antes le hicieron algunas preguntas de seguridad. Por ejemplo el lugar de nacimiento de Ragnar Grimsson o el nombre de sus padres. Pero Atlason no tuvo problemas para pasarlas… porque tenía la Wikipedia.
No parece que Bush tenga mucha suerte ultimamente con los teléfonos. Como se han encargado de recordar varios blogs de izquierda, a principios de diciembre el presidente tuvo una de sus meteduras de pata equivocándose al anunciar un número de ayuda. Se trataba de una medida para ayudar a las familias asfixiadas por las subida de las hipotecas. Bush salió en televisión recomendándoles que llamaran a un número para informarse de su plan de congelación de intereses… y en vez de 1-800 dió el 1-888.