El alcalde de Salamanca volvió a perder los papeles de la diplomacia, la que se le supone a un cargo público:

«Mira si las fiestas son buenas que aquí se ha apuntado gente que no está invitada», afirmó Julian Lanzarote, aludiendo al Ministro Jesús Caldera que estaba presente…

Su salida de tono el pasado día 9, en el vino que ofrecía el ayuntamiento tras el pregón, ha sido recibida con fuertes criticas entre los socialistas salmantinos e incluso entre otros invitados. Los representantes locales y nacionales del PSOE terminaron por abandonar la celebración junto al Ministro.

El Portavoz municial del Ayuntamiento Fernando Rodríguez ayudó a arreglarlo señalando que si el ministro de Trabajo hubiese pedido una explicación el PP se la habría dado diciendo que «cuando aprenda a comportarse institucionalmente será invitado». »

Hasta aquí la noticia.

Las salidas de tono del alcalde y de su portavoz forman parte de la estrechez de miras que caracteriza a ciertos cargos públicos. Caldera había asistido al evento en condición de vecino pues es natural de un pueblecito cercano llamado Béjar. Pero además Caldera no es un ciudadano cualquiera, es un Ministro español y honra -e incluso beneficia- a la localidad asistiendo al mismo. 

El PP, mientras, intenta eliminar la asignatura de Educación para la ciudadanía. Deberían ser ellos quienes la estudiasen, no los niños.