El cine se subvenciona porque así lo han decidido los ciudadanos
La subvención aprobada por el Ministerio de Cultura no debería escandalizar a nadie. El escándalo sería que el Ministerio no cumpliera con sus promesas y que el PSOE no cumpliera su política de protección al cine español porque esa fue su oferta -mala o buena- para con los ciudadanos.
El cine es una industria, no solo en España, sino en todo el mundo. El hecho de si debe estar o no protegida por el Estado es una discusión completamente diferente. Las ayudas nacen de una política que pretende proteger a un sector de la cultura española que se considera beneficioso socialmente. Y la gente la ha votado. Por otra parte, cualquiera diría que es la primera vez que se hace:
«La cultura es nuestro principal activo como país. Por ella se nos conoce y se nos reconoce en todo el mundo. Es también un factor de cohesión de nuestra vida como nación», afirmó Aznar en 2003 al anunciar el pago de ayudas pendientes al cine.
Quizá no sea buena idea cumplir aquellas cosas que los partidos proponen y los ciudadanos ratifican con su voto pero eso es la democracia. ¿Por qué ayudar al automóvil, a la construcción, a la banca, al turismo y no hacerlo con sectores culturales?…
Pero no hay que engañarse. El debate que algunos tratan de colar en realidad, aprovechándose del cine, no es si se debe «subvencionar el cine o no» sino si se deben subvencionar las cosas o no. Aunque luego bien que ellos se meten el dinero público en los bolsillos para con sus empresas.
Subvenciones al cine, sí, pero no barra libre como ahora.