El día después
Lo cierto es que no hay sólo dos presiones -Gallardón/Aguirre- en el PP. Hay muchas más luchando contra Rajoy. Pero ¿por qué tanta virulencia? La respuesta según me dicen: en el PP se disputan, no ya las elecciones, sino el día después. Allí en lo que menos se piensa es en Rajoy.
Rajoy se defiende y, -como señala Gabilondo-, deja claro: «vuestra guerra es por el futuro pero yo no he entregado el presente».
Rajoy, en todo caso, apuesta por el sector más conservador. Los poderes mediatico-reaccionarios aplauden: «el PP sigue sembrando sentido común», dicen en un periódico digital, mientras le conducen al precipicio electoral. En foros algo más moderados, como los de EL MUNDO, muchos apuntan que excluir a Gallardón ha sido una «mala noticia»…
Sea como fuere, Rajoy ha intentado aprovechar el «efecto Pizarro» para minimizar el golpe e incluso adelantó el anuncio de la exclusión de Gallardón. Pero el anuncio bomba ha hecho añicos también el efecto Pizarro.
Yo creo que esta mañana algo se sabía. En el acto de Rajoy se escenificó: Gallardón tenía el rostro apesadumbrado mientras que Esperanza regalaba sonrisas y gestos dicharacheros a los de Caiga Quien Caiga y a los de El Intermedio.
Gallardón sugiere que tras las elecciones dejará la política…Veremos. Dependerá del resultado.
Felipe González lo advirtió: Lo que se debate ahora no es si pierde el PP sino como pierde. Si pierden por poca diferencia verán legitimada su feroz oposición; si pierden por mucha diferencia tendrán que replantearse muchas cosas. En manos de los electores queda ahora decidir el tipo de país que quieren: un país con principios morales o uno gobernado por los poderes económicos…