El Fajín de Queipo de Llano lo luce La Macarena en la procesión del Viernes Santo
El Fajín de gala del que fuera General durante el franquismo, Gonzálo Queipo de Llano, y cuyas cruentas palabras están incluidas en el auto de Garzón, es lucido aún hoy en día en la procesión de La Macarena de Sevilla del Viernes Santo. Las Asociaciones para la Recuperación de la Memoria Histórica ha pedido reiteradamente su retirada a las autoridades eclesiásticas, sin éxito.
La petición pública recordaba además que en la Basílica de la Macarena está enterrado el propio Queipo de Llano. La respuesta del hermano mayor de la Macarena, Juan Ruiz Cárdenas, fue que el general Gonzalo Queipo de Llano y su esposa están enterrados en la Basílica como macarenos: «Están enterrados aquí por nuestros antepasados por sus méritos con la hermandad, como macarenos».
Los vínculos de Queipo de Llano con la ciudad de Sevilla han sido estrechos. No fue hasta este año 2008 cuando en un pleno municipal que se celebró el pasado 18 de julio se acordó por unanimidad retirar la medalla de oro de la ciudad y el titulo de Hijo Adoptivo de la misma a Gonzalo Queipo de Llano, quien lo ostentaba hasta entonces. Todos los grupos políticos votaron a favor.
Las autoridades esclesiasticas deberían hacer todo lo posible para eliminar y sacar de todos los centros esclesiásticos los símbolos y connoctaciones con el pasado histórico, con la finalidad de hacer una Iglesia viva ,digna y libre de todos los poderes políticos y económicos.Esa Iglesia está muy ligada al facismo representado por los poderes que surgen del enfrentamiento civil.
Que lean los Evangelios con los ojos bnién abiertos y echen a esos herejes que se han apropiado de la organización esclesiástica.
El fajín había que habérselo puesto a él en vida alrededor del cuello y bien apretado. Hay que ver lo necrófilos que son los curas y todos estos beatos falsos de las cofradías. Un tio que masacró a la población sevillana, que fusiló indiscriminadamente, que cometió (y dejó cometer) toda clase de tropelías tenia que estar en un osario y nunca enterrado en una basílica.