El poder de Obama
Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «La valoración mas extendida en este primer año de Obama en la Casa Blanca dice que sus sueños se han enfrentado con la realidad. Según esto, el presidente sería un iluso y sus proyectos una fantasía. De modo que la carroza se convirtió en calabaza, y debemos entender todos que es inútil volar alto.
Según esto, Obama tendría que renunciar a sus ambiciosos objetivos y conformarse con hacer lo mejor posible las cuentas. Pero cabe otra lectura: como cada vez es más evidente en todos los países del mundo desarrollado, el poder democrático se está enfrentando a los poderes no democráticos. Legales, sí, pero no democráticos. Y se confirma que estos son tan fuertes o mas. Incluso en el caso de Obama, que llegó a la Casa Blanca cargado de poder hasta los topes.
La ingenuidad de Obama no ha estado en la desmesura de sus sueños, sino en su mal cálculo de la fuerza democrática. La complejidad e influencia de los enormes conglomerados de intereses, financieros, industriales, mediáticos, religiosos, sociales, los grupos de presión de toda índole, están reduciendo la capacidad de las democracias para cumplir el mandato de las urnas.
Moises Nain habla de la perdida de eficacia de las democracias, titulares oficiales del poder pero no siempre capaces de superar los escollos de tantas fuerzas confrontadas. O, peor aun, alineadas en contra.
Naturalmente, los ciudadanos, ajenos a estas complicaciones, reclaman con todo derecho que los políticos que eligieron cumplan sus promesas. Dadas las evidencias y aprendida la lección, ¿qué es lo realista?. ¿Renunciar a los sueños, pactar con los poderes no democráticos o tratarlos con la máxima firmeza, para imponerles el peso de la voluntad popular?. ¿Es más prudente dar un paso atrás o es mas prudente jugar duro?. Hay opiniones para todos los gustos.
Veremos cómo traza Obama su estrategia después de caerse del caballo. En España, cuando Zapatero llegó a la Moncloa dijo sentirse sorprendido del poder que daba el poder. Tal vez por eso se animó a emprender epopeyas políticas que no pudo culminar. Había medido mal. Parece que obama también.»