El zapatazo iraquí es la imagen que simboliza el final del mandato de Bush
Mountazer al-Zaïdi, que tiene 28 años, conoce bien la degeneración de su país. El periodista que le tiró los zapatos a Bush, estuvo secuestrado en Bagdad hace unos meses. La historia nos la ha contado su colega de Al Jazeera Aïman Zoubir.
Pero Mountazer al-Zaïdi no es el único periodista del pequeño canal que ha sufrido los devastadores efectos de la invasión norteamericana. El 12 de enero de 2006, un grupo no identificado de hombres atacó y asesinó en Alshoola (norte de Bagdad) a Louai Salam Radeef, un cámara, hiriendo también a su asistente Amer Mohammed. En abril de 2006 también murió allí, víctima del disparo de un francotirador, el productor de televisión, del mismo canal, Jawad Al Daami.
Los periodistas que trabajan en el pais son héroes, en efecto, aunque no son los únicos, ni mucho menos, porque no son las únicas víctimas de la política de Bush. Ya son miles los muertos, desplazados, divididos, torturados, u ofendidos en la región. Una verdadera catástrofe humanitaria, con un grupo de responsables bien evidente.
La imágen de Bush esquivando los zapatazos está dando la vuelta al mundo, sí, y retrata el final de su mandato.
Probablemente Bush, como le pasa al expresidente Aznar, vuelva a su casa igualmente con la conciencia tranquila. Su capacidad para sentir empatía por las víctimas es nula pues su capacidad de sentir compasión parece completamente inexistente.
Pero la imágen es todo un símbolo, el de la desesperación de unos ciudadanos a los que no se engaña ya con propaganda.