Según el Inventario de Instalaciones de Residuos Mineros abandonadas y clausuradas del Ministerio de Transición Ecológica, en España hay 44 balsas y 29 escombreras que son catalogadas como de «impacto ambiental grave». Es lo que denuncia un artículo de Raul Rejón en ElDiario.es que advierte de que estas 73 instalaciones suponen un riesgo para el medio ambiente y la salud como demuestran la reciente rotura de un dique en una mina brasileña que ha provocado 58 muertes o el recuerdo de Aznalcóllar.

(Fotot: Flickr/Lorenmart)

En total España contaba con 73 depósitos tóxicos de residuos mineros abandonados por las empresas extractivas en noviembre de 2015, que es la fecha del último informe del Gobierno. Para este clasificación, a la que España estaba obligada por la normativa europea, se utilizó una lista del antiguo inventario de balsas mineras (de 2002) sobre la que hizo «una evaluación de riesgos». Aunque el Gobierno decidió considerar «reservada» esta evaluación sobre la peligrosidad de estas instalaciones.

En el antiguo inventario se habían incluido 986 presas y balsas de las que 385 ya estaban abandonadas. Ahora, las cifras del último listado mencionan 44 balsas. Los ecologistas denuncian que esto supone un serio riesgo para la salud y el medio ambiente en España. Recuerdan los sucedido en la Mina de Aznalcóllar en 1998 cuya rotura de una balsa de residuos llegó a afectar al Parque Nacional de Doñana.

ONG´s como Greenpeace o Ecologistas en Acción sostienen que en la actualidad España cuenta con instalaciones que suponen un riesgo similar. Y en concreto señalan a la balsa de residuos de la Mina de Riotinto, en Huelva, que explota la compañía chipriota Atalaya Mining y que califican de «bomba de relojería» que podría tener consecuencias diez veces peores que las de Aznalcóllar. También apuntan que recientemente hubo un incidente en la mina La Cruces donde una deslizamiento de tierras pudo haber provocado la rotura de la balsa e residuos.

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