España tiene menos ambición en política exterior que Letonia, Bulgaria o Chipre
En general en Europa hay una «patética falta de ambición en política exterior» y España es, entre los grandes países de la UE, casi el que menos muestra. Es lo que sostiene un estudio del prestigioso think tank Carnegie Europe, firmado por Judy Dempsey y elaborado en base a la información enviada desde las 28 capitales de los estados miembros de la UE. España recibe una puntuación de 3 sobre 5 en este campo y queda muy por detrás de países como Dinamarca, Polonia, Luxemburgo, Bulgaria, Letonia o Chipre.
El estudio del think tank, que está considerado el tercero más influyente del mundo, tenía como objetivo medir la «ambición» en política exterior de cada país y del bloque europeo en su conjunto y según su autora el resultado es «fascinante» y «deprimente». Apunta que Francia es entre los grandes países el que mejor nota recibe, seguido por Italia y Alemania. Y bastante por detrás quedan España y Reino Unido.
Pero rebatiendo la idea de que la ambición tiene que ver con el tamaño del país, Dinamarca, Suecia y Polonia, figuran, según Carnegie Europe, en el mismo escalón que Francia. Y al nivel de Italia y Alemania hay una ristra de países como Luxemburgo, Letonia, Lituania, Finlandia, Bulgaria, Portugal y Holanda. Y también superan a España otras naciones como Chipre, Irlanda, Austria y Bélgica.
Pero la tesis general es que Europa suspende en lo que a tener una estrategia común de política exterior. Si hay ambición, es a nivel nacional y por intereses particulares, lo que dificulta proyectar una imagen de fuerza de la Unión y actuar ante crisis y desafíos como las de los refugiados, el Estado Islámico o el TTIP.
El artículo que mide el grado de implicación de España en política exterior lo ha elaborado Charles Powell, el director del Real Instituto Elcano. Recoge la idea de que España «pelea por debajo de su peso» en cuanto a política exterior en la UE y apunta que tras lograr los objetivos marcados cuando se unió al grupo en 1986, ahora necesita urgentemente identificar nuevas metas. Considera que el actual grado de ambición en política exterior de España merece una nota de 3 sobre 5. Apunta que la crisis ha afectado la capacidad del país para jugar un mayor rol en Europa pero destaca dos aspectos llamativos: el apoyo al TTIP y la «sorprendentemente complaciente actitud» hacia Rusia en su conflicto con Ucrania.