Esperanza seguirá esperando
Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Esperanza Aguirre ha construido un poder autónomo de todo. Autónomo del Gobierno central, autónomo de su partido, autónomo del presidente de su partido y en guerra abierta con el alcalde de la capital, que también es de su partido.
Esperanza predica un discurso unitario clásico, con lo común como centro de su doctrina. Defiende la nación común, la historia común, la lengua común, pero, finalizada la prédica, tira para lo particular aunque abra grietas en lo común. En la sanidad común, poniendo zancadillas a la ley del tabaco, o en la asistencia social común, frenando las ayudas de la ley de dependencia.
Esperanza, una mujer sin complejos, ha inventado una especie de estado libre asociado versión ??light??, vestido con el ropaje del alto patriotismo. Su último juego de manos ha consistido en convertir la corrupción Gürtel, extendida como un cáncer en su comunidad y bajo su mandato, en una baza a su favor. Lo cual quiere decir que hace lo que le da la gana sin que nadie le rechiste porque, junto a su descarada seguridad de rica de toda la vida, tiene dos cosas imbatibles: voto popular y voluntad de hierro.
Su lucha por Caja Madrid es como todas sus luchas, inmisericorde; y de amplio espectro. Porque batalla por el control de la entidad pero, al mismo tiempo, por imponerse políticamente. Antes, a Gallardón. Y ahora a Rajoy. Por eso quiere poner al frente de la caja a su hombre de confianza, Ignacio González que, salvo a ella, no inspira confianza a nadie, menos que a nadie a Rajoy.
Es muy posible que logre su propósito, por tenacidad propia y porque los socialistas de Madrid, sin gas para derrotarla, solo piensan en salir bien parados en el reparto de cargos.
Así que Esperanza Aguirre, lideresa de la unidad patria, puede conquistar la triple corona con la que sueña una verdadera taifa: un Gobierno, una television y una Caja de Ahorros. Tras lo cual, Esperanza seguirá esperando.»