Tampoco es para tanto…. total, unos tipejos que a la expectativa de que su patrona Esperanza promocione tras conseguir que el superpatrón Mariano le custodie una daga entre los omoplatos se dedican a sacar codos en una carrera tipo Ben-Hur…
Por un lado sale que al pobre Paquito le entran en combustión espontánea los Mini que le prestan importantes constructores relacionados con él cuando era alcalde de Valdemoro (¡¡ah, no!! que se lo habían vendido…pero el despistado constructor y el atareado ex-alcalde no habían tenido tiempo de actualizar los datos en Tráfico y eso…).
Por otro que Paquito ha puesto a unos muchachetes con gabardina a comprobar que el bueno de Nachete no se olvide el cargador del móvil en los hoteles de Johannesburgo a los que fue (casualmente, porque es un amigo de un amigo…supongo que las quedadas de Facebook tienen estas cosas…) con un supercontratista de la Comunidad de Madrid y el CYII (que preside Nachete), tras pagar sus billetes en efectivo «porque le venía bien» con ochomil euros (con los que se encuentra en las manos cualquiera que rebusque entre los cojines del sofá o que se ponga unos vaqueros que hace tiempo que no usa se puede encontrar en un bolsillo… uy, esto creo que es de «El Orgullo del Tercer Mundo»).
Todo a la espera de «zumbarse» al otro en la carrera por quedarse con la silla de la jefa (cuando la jefa se quiera ir, por supuesto)… pero claro, es que una vez que a uno «se le calienta el morro» pues ya, enviar a los de las gabardinas a ver si encontramos algo de los que nos chinchan desde el ayuntamiento… o quien sabe si ya puestos, miremos a los de la oposición (al Tomás ese, por si acaso llega a presentarse)…y a los que se meten con Bucles Güemes… o vaya usted a saber… Empieza uno mirando por una rendija de la puerta del vestuario de las chicas en clase de pilates y te lías, te lías y acabas convertido en Edgard Hoover…
Y lo mejor de esto es que no he visto a nadie descojonarse de lo de pagar unos billetes de avión con ocho mil euros en efectivo «porque le viene mejor»… Es de lo mejor que se ha oído desde que la patrona Esperanza desveló que le costaba llegar a fin de mes y echaba de menos el desahogo de las pagas extraordinarias.