¿Qué futuro le espera al País Vasco una vez disuelta la banda terrorista? ¿Qué pasos son necesarios para lograr una convivencia en paz y normalizada? Estas cuestiones son debatidas y comentadas en la red por periodistas, políticos, filósofos y ciudadanos. Se celebra unánimemente el fin definitivo de ETA, pero se advierte de que ese paso por sí mismo garantiza la curación de las heridas y que ésta aún puede tardar. Y entre los retos pendientes se menciona la necesidad de mantener la memoria, de conformar un relato, aunque no tiene porqué ser único, y sobre todo de abordar la cuestión del acercamiento de presos a Euskadi. Muchas voces siguen oponiéndose a ello por considerarlo un beneficio, pero cada vez son más los que señalan se trata de una medida que ayudaría a la convivencia porque el castigo que provoca es sobre todo a las familias y evitaría que la dispersión sea una «bandera de la victimización».

Aritz Parra, de AP: «Asi siente un español el final de ETA: `Estamos en medio de una muy lento proceso de desradicalización. Llevara una o dos generaciones´. El artículo esd e Jeannette Nueman en WSJ.»

https://twitter.com/JonInarritu/status/993548157240987649

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