“¿Está España enferma de Franco?” plantea Le Figaro, mientra Le Point habla “del más vivo de los muertos”
El debate y la división que provoca la exhumación de Franco tras el fallo del Supremo ha llamado la atención de los dos medios franceses que dedican sendos análisis a profundizar en lo chocante que resulta la capacidad del legado del ex dictador para influir y condicionar la vida política en España aún hoy. El diario conservador, bajo el titular «¿Está España enferma de Franco?» considera que es «posicionamiento político banal y mediocre» la constante utilización del fantasma de la dictadura. Y sostiene que para que la exhumación sea bien entendida no puede presentada como un «mandamiento moral» o una «revancha de la historia» sino como un símbolo que evidencie definitivamente que España ha dejado de ser franquista y ayude a superar la «dimensión fratricida». Por su parte el semanario francés señala a Franco como el «más vivo de los muertos» y cuyo legado más significativo es la división radical entre «las dos Españas» que se ha vuelto a evidenciar con la «ardiente discusión» sobre la exhumación y que ha condicionado la cultura política de España y probablemente siga haciéndolo de cara al 10N.
Le Figaro se pregunta «¿Está España enferma de Franco?». El diario galo, en una columna del historiador hispanista Benoit Pellistrandi apunta que el fallo del Supremo ha provocado que Franco vuelva a estar «otra vez» presente en una campaña electoral. Apunta que es «cómodo para movilizar a la izquierda y estigmatizar a la derecha» pero considera es que es «postureo y posicionamiento político banal y bastante mediocre». E ironiza preguntándose ¿qué símbolo se agitara para remover el fantasma de la dictadura si se exhuma a Franco?». Porque advierte que el tema obliga a reflexionar sobre la relación que tienen los españoles con su historia contemporánea.
Sostiene que sacar a Franco del Valle de los caídos no es una victoria de la democracia como dice Pedro Sánchez, sino una etapa política que él desea «y para la que está legitimado». Pero defiende que España dejo de ser franquista hace mucho y hoy es un país particularmente progresista y tolerante en lo social, que no tiene que ajustar cuentas con su pasado y la mayoría de españoles no tienen voluntad de hacerlo. Por ello cree para que la exhumación sea bien entendida no puede ser una «revancha de la historia o una reescritura, sino la expresión de superar la dimensión fratricida de la política y la memoria». Pide al gobierno que no lo presente como un «mandamiento moral», porque defiende «España fue franquista pero ha dejado de serlo y con esta decisión simbólica parece que se quiere evidenciar definitivamente».
Le Point sostiene que Franco es el «más vivido de los muertos» que sigue agitando España. El semanario, en un reportaje que firma François Musseau, explica que el país vive, tras el fallo del Supremo, una «ardiente discusión» sobre la exhumación de Francisco Franco enterrado como un «gran hombre» en la monumental basílica del Valle de los Caídos. Y señala que resulta «chocante» constatar como el Caudillo sigue tan de actualidad en los espíritus y el «carácter rompedor» que aún suscita. Explica que una parte de España «generalmente de izquierdas» considera urgente exhumarlo porque es escandaloso que esté en su mausoleo que es además una fosa común de 33.000 cadáveres, mientras la otra parte se pregunta qué necesidad hay de sacar los restos tanto tiempo después y de reabrir heridas.
El texto señala de hecho que esta división radical entre lo que se llama «las dos Españas» es «seguramente el legado más significativo del ex dictador». Apunta que además se trata de un tema «nada apacible» y que ha dejado un peso importante en la cultura política española que resume el historiado Enrique Moradiellos: «obsesión por la unanimidad en las decisiones, tendencia a satanizar las diferencias, hipertrofia del poder ejecutivo y una mirada complaciente hacia la corrupción». Cita también a Javier Cercas que habla de la «cultura de la intolerancia» como una de las secuelas del franquismo y a Julián Casanova que apunta que no ha habido en España una auténtica desfranquización. Termina advirtiendo que todo esto augura que «el más vivo de los muertos» aun tiene días de gloria por delante, especialmente con el 10N en el horizonte.
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