«No, los españoles no pueden ser más alemanes» advierte Foreing Policy
La prestigiosa revista de EEUU defiende en un artículo de Michael Pettis que pese a lo que sugieren los esterotipos, los hábitos de ahorro de las familias españolas no causaron la crisis del euro. Asegura que en realidad fueron una reacción a los desequilibrios creados por el exceso de ahorro en Alemania.Por eso apunta que exigir más ahorro a los españoles es contraproducente.
(Foto: Flickr/Contandestrelas)
Foregin Policy explica: «Todo el mundo conoce los estereotipos. Los alemanes ahorran para el futuro, mientras los españoles gastan todo lo que tienen… Falso. Los hábitos de ahorro de las familias españolas no causaron la crisis del euro, en realidad fueron una reacción a los desequilibrios creados por el exceso de ahorro en Alemania. Es más, estos excesos de ahorros no fueron el resultado de la capacidad de ahorro de las amilias alemanas, sino de las políticas que hicieron subir las tasas de ahorro de Alemania a niveles que Europa no podía absorber sin crear serios desequilibrios.»
Dice: «La forma en que España absorbió las exportaciones del ahorro alemán está en el núcleo de la crisis posterior. Dado que España ?? gracias al euro ?? no podía utilizar los tipos de interés, la intervención comercial o la depreciación de su moneda para bloquear las exportaciones alemanas, no tenía otra opción que importar el exceso de Alemania, ya que las inversiones y el ahorro deben cuadrar. Esto suponía que o bien las inversiones españolas tenían que aumentar o el ahorro tenía que caer, o las dos cosas.»
«Se produjeron ambas cosas. España incrementó la inversión en infraestructuras y en bienes inmuebles, pero parece que hizo las dos en demasía, quizás por el mero volumen de la afluencia de capital ?? su economía mucho más pequeña se vio inundada por la gran cantidad de ahorro alemán. Pedir a los españoles que sean más `alemanes´ ahorrando más, no solo es poco práctico en una economía con el 27% de desempleo (los desempleados no pueden aumentar su ahorro), es contraproducente. Reducir el consumo español produciría aún más paro, hasta que finalmente España se vería forzada a abandonar el euro para recuperar el control de su capacidad de absorber o rechazar los desequilibrios alemanes.»