El éxito de la revista Mongolia «refleja la caída del prestigio de las élites» en España dice Financial Times
El diario financiero británico habla en un artículo de su corresponsal Tobias Buck del éxito de Mongolia y otras publicaciones o programas satíricos en España que están triunfando con la crisis y canalizando la «ola de descontento popular». Destaca que atacan a todas las «tradicionales fuentes de autoridad» y que una revista así hubiera sido impensable hace unos años, pero ahora refleja la caída del prestigio de las élites españoles.
El Financial Times dice: «Es casi media noche, las cajas de pizza están vacías y el vino tinto se ha acabado. Sin desanimarse, el pequeño grupo de editores y escritores se pasa al vino blanco para brindar por el éxito de la nueva revista satírica española, Mongolia. Lanzada hace un año en el apogeo de la crisis económica en España, la revista y sus creadores están montados, y a veces agitan, en el auge de la ira popular y la frustración entre los españoles de a pie.»
Explica: «Junto con un pequeño pero ruidoso grupo de publicaciones afines y programas de televisión, Mongolia ha logrado canalizar el descontento de la opinión pública hacia la sátira mordaz dirigida a todas y cada una de las tradicionales fuentes de autoridad de España: políticos, principes, banqueros, lideres empresariales… Tanto la identidad de sus objetivos como la duras maneras en que son atacados habría sido impensable hace sólo unos años -un cambio que refleja a fuerte caída en la posición de las elites españolas como resultado de la crisis y de una serie de escándalos simultáneos-.»
El texto añade: «Lo que hace que Mongolia destaque de otras publicaciones satíricas en España es su determinación de seguir el modelo de Private Eye en Gran Bretaña o el francés Le Canard enchaîné, de mezclar bromas con un periodismo de investigación contundente. La última edición se adentra en las relaciones comerciales de José María Aznar, el ex presidente del Gobierno español. Las ediciones anteriores han examinado cómo los políticos se beneficiaron de la privatización de empresas estatales y la participación de España en la guerra de Irak en 2003.»