Giles Tremlett sobre ETA: «Es una derrota. Pero no sé hasta qué punto es útil insistir en ello»
El analista de The Guardian y ex corresponsal de The Economist valora en radiocable.com la disolución definitiva de la banda terrorista vasca. Lo califica de «buena noticia» para España y sobre todo para el País Vasco, aunque señala que le «preocupa» la distancia que parece verse ahora en el proceso entre el mundo abertzale y el PNV. Giles Tremlett también señala que este fin es una «derrota» para ETA, pero señala que tiene dudas de que insistir tanto en este aspecto sea «útil y necesario», añadiendo: «no sé si la humillación sirve». En cuanto a la reacción de la víctimas que han criticado que se deje a ETA controlar el relato y el discurso internacional de su fin, el periodista británico apunta: «no existe un discurso internacional de ETA, por mucho que lo intenten no van a dominar el relato en la prensa mundial. En eso se equivocan las víctimas.»
Giles Tremlett asegura que la disolución definitiva de ETA es «una buena noticia, para España y sobre todo para el País Vasco». Aunque señala que hay un par de aspectos que le «preocupan». Uno de ellos es la «distancia» que observa entre el mundo abertzale y el PNV: «ahora parece que no van de la mano en este último acto, cuando hasta el momento, todo el proceso ha conllevado ponerse todos de acuerdo. AHora veo una separación que es muy difícil de interpretar, pero ahí está».
Y en segundo lugar señala: «Es una derrota. Y es cierto que hay una batalla sobre lo que se llama el relato, sobre lo que pasó. Me pregunto sin embargo hasta qué punto es útil y necesario insistir tanto en el tema de la derrota, porque no sé si la humillación sirve en este momento. Puede que sí, puede que esa derrota la tengan que asumir todos y sólo insistiendo mucho lleguen a ello. Pero creo que es algo que puede provocar una reacción en contra».
El corresponsal añade asimismo que también queda por ver si esto es «el fin del fin» de ETA. Recuerda lo sucedido con el IRA: «suele haber un núcleo duro y puede surgir la posibilidad de montar una organización parecida entre lo que no están de acuerdo. Parece difícil, pero no imposible que pase algo parecido en el País Vasco».
En cuanto a la crítica de algunas víctimas de ETA al gobierno al considerar que ha dejado que la banda se apodere del «discurso o relato internacional» de su fin, Giles Tremlett afirma: «No hay un discurso internacional de ETA, porque hay muy poco eco ya de lo que dice ETA en la prensa mundial. El mundo cree que ya estaba acabada. Y así es. Por lo tanto, por mucho que lo intenten no creo que consigan dominar el relato de lo que está pasando en la prensa internacional. En esto las víctimas se equivocan. El discurso internacional de ETA no es un discurso internacional, es algo para consumo interno».
Aunque el periodista británico apunta que «donde las víctimas sí tienen razón es en el tipo de perdón que hemos visto pedir a ETA. No ha sido un perdón de igual importancia para todos. ETA sigue creyendo que las víctimas que son de las fuerzas armadas, de la policía, de políticos, etc. son víctimas válidas en su manera de ver el mundo y no les pide perdón. Lo pide para los demás y sus familias. Y claro con eso no ganas ningún relato en ningún sitio y menos en algunos pueblos de Vizcaya y Guipúzcoa.»
Giles Tremlett lleva en España desde 1992 y ha sido corresponsal de The Guardian hasta 2013, aunque en la actualidad es “contributing editor”, una especie de analista destacado. Durante una década y hasta 2016 también fue el corresponsal en España de The Economist. Es además autor de libros sobre España, como una biografía sobre Catalina de Aragón y “Ghost of Spain”, un viaje sobre el pasado oculto del país, de los que ha vendido más de 200.000 copias. En 2012 fue premiado por el Club Internacional de Prensa como mejor corresponsal extranjero. Entre sus últimos artículos sobre España destaca la defensa de que la izquierda debía unirse para dirigir la recuperación, un reportaje sobre La Fageda, un perfil sobre Carles Puigdemont o un análisis de cómo un grupo de universitarios creó Podemos y cambió la política europea.