El grupo de mediadores internacionales de Currin se activará en febrero en Euskadi
El abogado sudafricano Brian Currin ultima los detalles para presentar al Grupo Internacional de Contacto (GIC) en los próximos días en un acto en el País Vasco. El grupo de expertos ya está constituído, según ha explicado el coordinador de Lokarri, Paul Rios y tiene como objeto verificar la autenticidad del último alto el fuego decretado por ETA y propiciar un proceso de paz irreversible.
(Foto: Flickr/Lokarri)
Currin ha activado la mediación internacional de la mano de la izquiera abertzale aunque de momento no cuenta con el apoyo del Gobierno. Su intención es involucrar a expertos extranjeros que vinculen su prestigio en dinamizar distintas medidas para avanzar hacia la normalización política y el final definitivo de la violencia. El primer paso sería verificar la renuncia a la violencia de la banda terrorista.
También se cree que el grupo de Currin impulsará la legalización del nuevo partido de la izquierda abertzale, que se presenta este 7 de febrero, la apertura de un diálogo entre las fuerzas políticas, así como el fomento de «un estado de opinión pública» que respalde ampliamente un proceso de paz. El abogado sudafricano sostiene la legalización de la izquierda abertzale es «necesaria para propiciar un diálogo multipartito», que no podría darse con un partido prohibido, como ocurrió durante el anterior proceso de paz, en Loiola.
De momento no ha trascendido la identidad de los integrantes del GIC, aunque algunas informaciones aseguran que el propio Currin no formará parte del mismo. La Declaración de Bruselas que fue el documento que lanzó la propuesta de una mediación internacional en Euskadi, fue firmada por una veintena de personalidades de Europa, EEUU y Suráfrica. Entre los cuales estaban los premios Nobel de la Paz Desmon Tutu, Frederik Willem de Klerk, John Hume y Betty Williams o la Fundación Nelson Madela.
Aunque Currin avisó en noviembre que el Grupo Internacional de Contacto estaría en su versión operativa formado por unas cinco personas de nacionalidad europea. El colectivo ya está constituido, pero su presentación pública se ha retrasado por la dificultad para «cuadrar las agendas» de sus integrantes.