«Hablar de oidas»
Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «La Iglesia ha asomado hoy por varias esquinas para aportar un poco de confusión en asuntos muy delicados. Creíamos que su misión era otra, iluminar las zonas oscuras en las que, torpemente, vagamos. Pero no. Irrumpe en asuntos extraordinariamente resbaladizos no con su doctrina oficial, lo que se entendería, sino con comentarios de una frivolidad pasmosa. Monseñor Cañizares, que es cardenal y prefecto de la Congregación del Culto Divino en el Vaticano, ha sido preguntado sobre los escándalos de pederastia en Irlanda. Su respuesta, muy correcta: debemos pedir perdón. Pero, para demostrar que se puede ser príncipe de la Iglesia y carecer de finura intelectual, ha añadido: pero peor es el aborto. Y se ha puesto a hacer números y comparaciones. Una salida de pata de banco, muy frecuente en los críos que quieren buscar atenuantes donde no los hay, pero que no esperábamos de gente de su nivel. Ya no es de extrañar que, cuatro pisos abajo, el redactor-jefe de «Alfa y Omega», órgano del Arzobispado de Madrid, se descuelgue con la siguiente reflexión: «cuando se banaliza el sexo, como ocurre hoy, no tiene sentido seguir considerando la violación como delito penal». Como lo oyen. Y eso que unas líneas antes nos había asegurado que no tenía intención de frivolizar con la violación. Menos mal. El resultado doctrinal de este despropósito podría ser el siguiente: permiso para violar y, si de la violación se deriva embarazo, condena por abortar. En estas materias la Iglesia debería ajustarse a su ideario oficial y no hacer excursiones argumentales. Porque cuando improvisa se le nota que de estas cosas solo sabe algo de oídas.»