Aquel 20 de Mayo es probable que brillara el sol, y aquella novia de diecinueve años seguro que solo buscaba el sol? ( las novias siempre miran al sol) Le habían contado que siendo una niña, aquel chico – mitad hombre, mitad niño- había gritado triunfante al verla: ¡cuando se haga mayor me casaré con ella!
La placita de San Cayetano los recibió con los brazos de par en par ¿Qué sentiría él al ver aquella novia tan preciosa ( lo juro ¡estaba preciosa! ) que había crecido antes de tiempo, enrollando vendas, curando heridas , y perdiendo amigos con solo quince años, sin saber en cada momento si su novio volvería, o no, de aquella guerra indecente cuyas huellas, lágrimas rojas, todavía se conservaban frescas en las paredes y en los corazones de todos. ..? Ella me contó que los dos lloraron al decirse ??Sí, quiero?.
Aquella noche durmieron abrazados, entre jirones de bruma del balneario, en Alhama de Aragón. Y allí empezaron, de nuevo, sus vidas?

 

 

 

Hasta que cumplí quince años solo la vi llorar una vez, y fue tan grande mi asombro que pensé que solo una herida podía tener un poder tan grande. Lo que yo todavía no sabía es que no hacía falta sangre para sufrir? Fueron los suyos caminos paralelos, de valientes.
Cada uno a su manera, y ??sin saber el oficio, y sin vocación?, fueron capaces de llenar de brillo un espacio vacío, preparando a sus habitantes desde niños, con su ejemplo, para el mazazo brutal que el destino les tenía preparado, y que de otra manera les habría sido imposible superar a ninguno de ellos.
Hoy, sesenta y nueve años después, y a pesar de sus ausencias por culpa de eso que llaman ??muerte? (en la que yo no creo) os abrazo con la misma fuerza que lo hacía en mi infancia, y me digo triunfante yo también ¡qué suerte tuve aquel 20 de Mayo, en el que todavía yo no tenía ni la más remota intención de nacer !

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